Presidente Piñera celebra el Día Nacional de los Pueblos Indígenas de Chile

24 JUN. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto a la Primera Dama, Cecilia Morel, celebra el Día Nacional de los Pueblos Indígenas de Chile. 

Muy buenos días:
 
Hoy es un día muy especial, pero antes de recordar el día de hoy, quiero hacer otro recuerdo. Los españoles piensan que descubrieron América y obviamente no es verdad: en primer lugar, porque mucho antes que ellos, todo indica que habían llegado otros pueblos europeos como los vikingos, o incluso los chinos.
 
Pero mucho antes que ellos, estaban en nuestra tierra, nuestros pueblos originarios, y cuando llegaron los españoles, lo que mejor resume lo que ellos pensaron de nuestros pueblos originarios fueron las palabras de Alonso de Ercilla en “La Araucana”, cuando hablaba -refiriéndose a los pueblos originarios- que “la gente que lo habita es tan granada, tan altiva, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida ni a dominio extranjero sometida”.
 
Y eso refleja muy bien lo que estaba en el alma de su canción, esa dignidad, ese orgullo, ese amor por su tierra, por sus costumbres, por sus tradiciones, que es parte esencial no solamente de nuestros pueblos originarios, es parte esencial de la riqueza, la diversidad de nuestro país.  
 
Por eso, hoy día estamos celebrando el Año Nuevo, el Año Nuevo no solamente del pueblo mapuche, porque lo cierto es que en nuestro país tenemos 9 pueblos originarios: los mapuches, los aymarás, los diaguitas, los atacameños, los quechuas, los collas, los kawesqars, los rapanuis y los yaganes, y, por tanto, es una diversidad dentro de nuestros pueblos originarios y una diversidad dentro de lo que es la historia y la cultura de nuestro país.
 
Y yo estoy convencido que esta diversidad, lejos de ser un problema, es una tremenda riqueza en la medida en que sepamos respetarnos los unos a los otros, en la medida en que todos tengamos las mismas oportunidades, en la medida en que seamos capaces de construir un país de hermanos.
 
Y por eso el compromiso de nuestro Gobierno con reconocer esa riqueza que representan nuestros pueblos originarios: su historia heroica, sus costumbres, sus leyendas, su idioma -que queremos preservar-, su cosmovisión, su amor por la tierra, son valores muy importantes que tenemos que no solamente apreciar, valorar, sino que también proteger y promover.  
 
Hoy día estamos celebrando el Año Nuevo, un momento muy especial en que la vida y la naturaleza se empiezan a renovar en un ciclo permanente, y empiezan a recuperar sus fuerzas y su fecundidad para prepararse para un nuevo año. De hecho, el 24 o el 21 de junio es el día más corto del año: a partir de hoy -o del 21, para ser exactos- los días empiezan a ser cada vez más largos y también el sol empieza a brillar con más fuerza, la tierra empieza a prepararse para un nuevo ciclo de fecundidad y se empieza a preparar para la primavera y el verano, que es cuando entrega sus frutos.
 
Y por eso este 24 de junio tiene un significado tan hermoso, porque es la renovación de la vida, la renovación de la tierra, y yo siempre he sentido que nuestros pueblos originarios comprenden cabalmente el significado de esa renovación y por eso lo celebran con una voluntad, con una pasión, con un compromiso y con un amor, que es muy emocionante.
 
Pero también es verdad que el We Tripantu, o el Machak Mara, o el Inti Raymi, o el Likan Antai, o el Aringa ora o koro, que son los nombres que se le da a este Año Nuevo que se inicia, son reflejo de la cultura de muchos de nuestros pueblos originarios. Y, por tanto, uno nota ahí que hay una sabiduría ancestral, una sabiduría que van heredando de generación en generación, y tenemos mucho que aprender de esa sabiduría y de ese amor por la Pachamama, por la Madre Tierra, que  vive en el alma y en el corazón de nuestros pueblos originarios, y que ojalá también se adentrara en el alma y el corazón de todos nuestros habitantes, porque la verdad es que no hemos sido muy respetuosos de esa naturaleza, de esa Madre Tierra, y protegerla y conservarla es algo que hemos aprendido de nuestros pueblos originarios.  
 
Ahora, esta celebración representa cosas muy hermosas como la renovación de la vida, la renovación de la tierra, el regreso del sol, ésas son las expresiones para darle un sentido:  a partir de hoy, todo empieza a renovarse, es el ciclo de la vida, muere el año antiguo, nace el año nuevo y todos queremos que el año nuevo sea mejor que el año antiguo y eso va a depender de nosotros.   
 
La historia ya está escrita, podemos hablar de ella todo lo que queramos, pero no le podemos cambiar ni una sola coma. Lo hermoso del futuro es que todavía no está escrito y podemos tomar nuestros pinceles y trazar los caminos del futuro. De eso se trata la libertad, la autonomía de la voluntad.
 
Y por eso este Año Nuevo, que celebran nuestros pueblos originarios, tiene un profundo sentido de futuro, de esperanza, de cambio hacia tiempos mejores.
 
Ustedes saben muy bien, además, que la artesanía de nuestros pueblos originarios es de una riqueza impresionante. Acabamos de ver una pequeña muestra de la artesanía de nuestros pueblos originarios, y ahí hay historia, porque son técnicas, procedimientos que se van enseñando de generación en generación, pero también hay mucho arte, mucho talento, mucha creatividad.
 
Y por eso cuando nosotros planteábamos un nuevo trato con nuestros pueblos originarios, no es una mirada como dependiente, sino que todo lo contrario: es recuperar la riqueza que ellos siempre han tenido y que, muchas veces, nosotros no hemos permitido que florezca en plenitud.
 
Por eso el nuevo trato apunta a un gran proyecto y programa de desarrollo, no solamente en lo económico y en lo social, sino que también en recuperar, querer, apreciar, valorar, promover y proyectar las riquezas que tienen nuestros pueblos originarios, en su artesanía, en su gastronomía, en su visión o cosmovisión del mundo. Todo eso es una gran riqueza que nuestro país tiene que poner al servicio de todos y que va a redundar en una mejor calidad de vida para nuestros pueblos originarios, que tenemos que reconocer, muchas veces, muchas veces, los hemos postergado.  
 
Por esa razón, nosotros planteábamos en el Mensaje del 1° de Junio este nuevo plan de desarrollo, que es integral, no es sólo desarrollo económico, no es sólo desarrollo social, tiene sobre todo que ver, yo sé que las palabras aquí son sensibles y delicadas, aquí no se trata que alguien se adapte o sea absorbido por otra cultura, se trata de que las culturas puedan convivir sin perder su vitalidad, su riqueza, su historia, sus leyendas, sus tradiciones, porque de esa forma sacamos lo mejor de la cultura de nuestros pueblos originarios.
 
Pero además, yo quiero agradecer a Artesanías de Chile, porque acabamos de ver una muestra que trata de promover y proyectar lo que es una riqueza que está no solamente en las manos, en la cabeza, sino que está en el alma de nuestros pueblos originarios; esa habilidad infinita para crear belleza, para rescatar lo propio, para utilizar aquello que ha estado siempre en sus tierras, sus materias primas, y transformarlo en obras de arte que son cada día más apreciadas por la comunidad, no solamente en Chile sino que también en todo el mundo.
 
Por eso tenemos que aprender a apreciar, a valorar, a promover y a reconocer que, en esta materia, la integración -desde el buen sentido de la palabra- cuando ambas culturas aportan lo mejor de sí mismas, es lo que ha hecho y va a seguir haciendo grande a Chile.
 
Por todo eso, yo quiero felicitar a todos los que han participado de esta celebración del Año Nuevo de nuestros pueblos originarios, y decir -desde el fondo del alma- ¡vivan nuestros pueblos originarios y que lo mejor de nuestros pueblos originarios esté todavía por delante!
 
Muchas gracias.