Presidente Piñera anuncia medidas para agilizar pagos con foco en las pymes

16 MAY. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, llamó a trabajar con unidad para recuperar el liderazgo y reencontrar el camino del progreso y el desarrollo.
 

Muy buenos días:
 
Recuerdo perfectamente bien que, en un día de primavera, con un sol radiante, en este mismo lugar, hicimos un compromiso con ese millón de pequeñas y medianas empresas que existen en nuestro país, y nos comprometimos a aplanar la cancha, a facilitarles el camino, a permitirles que puedan crecer, y las pequeñas transformarse en medianas y ojalá las medianas en grandes.
 
Y hoy día, con mucha alegría y con mucho orgullo podemos decir que lo que vamos a anunciar hoy día es la clara evidencia de nuestro firme compromiso con las pequeñas y medianas empresas de nuestro país. 
 
Como Gobierno y como país tenemos una gran misión y un gran compromiso, que no es fácil, pero que no podemos fallar, que es transformar a Chile, antes que termine la próxima década, en el primer país -ojalá no el único- de América Latina que logre conquistar el desarrollo y derrotar la pobreza.
 
Y ése es un logro del cual con legítima razón nos podremos sentir muy orgullosos, porque transformar a la Colonia más pobre de España en América Latina, en un país desarrollado y sin pobreza, es una misión grande, noble, que debiera unirnos, convocarnos, motivarnos y entusiasmarnos a todos, y ojalá nos permita superar este clima de crispación, de descalificaciones, que no aporta nada y que solamente deprime a todos nuestros compatriotas.
 
El desarrollo del cual estamos hablando no es cualquier desarrollo, es un desarrollo integral, no es solamente económico y material, tiene que ver con la calidad de nuestra democracia, de nuestras instituciones, la amistad cívica entre los chilenos, la igualdad de oportunidades, la seguridad en nuestras ciudades, parques y calles, el cuidado de nuestra naturaleza, y muchas cosas más. 
 
Pero además de integral, debe ser inclusivo. Es un desarrollo que queremos que llegue a todos los hogares chilenos. Y, por supuesto, que sea sustentable, de forma tal de que cumplamos un compromiso de entregarles a nuestros hijos un país y un mundo mejor que el que recibimos de nuestros padres.
 
Sin duda es una misión difícil, exigente, pero también noble y motivante.
 
Pero para poder de verdad avanzar por esos caminos hacia el desarrollo, es absolutamente fundamental recuperar nuestra capacidad de crecer, de crear trabajos, de mejorar los salarios, de crear oportunidades.
 
Y esa capacidad es muy fácil de perder -y, de hecho, en cierta forma en nuestro país la perdimos- y es más difícil de recuperar. Y en eso estamos profundamente comprometidos, porque sin recuperar nuestra capacidad de crecer, todo lo demás se hace imposible. El crecimiento genera empleos, mejora salarios y aporta recursos al sector público para financiar todos los programas, en salud, en educación, en seguridad, para nuestros niños, para mejorar las pensiones.
 
Y por ello, es muy importante recuperar la confianza de los chilenos en nosotros mismos, en nuestro país y en nuestro futuro.
 
Y yo creo que un buen camino para recuperar la confianza es no solamente predicar, sino que también practicar la unidad entre los chilenos.
 
Por eso, yo como Presidente nunca me canso de enfatizar y destacar la importancia que los países tengan un sentido de unidad, de misión.  Abraham Lincoln lo dijo: “una casa dividida no tiene ningún destino”. Y por esa razón, para que realmente podamos unirnos, yo pienso que es muy importante poder hablar, pero también actuar para fomentar y potenciar nuestro crecimiento.
 
Y para eso, el recuperar la inversión, que se ha caído peligrosamente, en los últimos cuatro años la inversión en Chile ha caído en términos absolutos; recuperar la capacidad de innovar, de emprender, que muchas veces ha sido asfixiada, en lugar de promovida por el Gobierno.
 
Y para esto, las pequeñas y las medianas empresas -más de 1 millón de pequeñas y medianas empresas, y detrás de ellos, millones y millones de chilenas y chilenos, porque la pequeña y mediana empresa no es solamente un agente fundamental en el desarrollo económico, es parte de nuestra naturaleza, es parte de nuestra identidad, es el alma de nuestra clase media, es lo que les da vida a nuestras regiones, a nuestras ciudades, a nuestros pueblos- tienen que jugar un papel fundamental.
 
Y para que nuestras pequeñas y medianas empresas puedan crecer, necesitan oxígeno. Y el oxígeno en el mundo de las empresas, y particularmente de las pequeñas y medianas empresas, son los recursos, es el financiamiento.
 
Por eso, para que esta misión se cumpla, tenemos que darle más oxígeno, más oportunidades, mejor financiamiento para capital de trabajo, para inversión, para innovación, a nuestras pequeñas y medianas empresas. Porque cuando les quitamos ese oxígeno, definitivamente, estamos ahogando esa capacidad de innovar, de emprender y de crecer.
 
Por esa razón, no estamos contentos con la situación actual, y el proyecto de ley que hoy día vamos a anunciar apunta a corregir esa situación. Hoy, muchas pequeñas y medianas empresas son víctimas del pago tardío, es decir, entregan sus bienes y servicios, que con tanto esfuerzo producen y, sin embargo, no reciben el pago en forma oportuna.  Y eso les quita el oxígeno, les frena la capacidad de crecer y desarrollarse. Y eso, sin duda, no solamente es malo para esas pequeñas y medianas empresas, y pequeños y medianos empresarios, es malo para nuestro país.
 
Y por esa razón son víctimas de un pago tardío de sus facturas por parte de otras empresas, normalmente más grandes, y también por parte del Estado de Chile.
 
En consecuencia, la base del problema consiste en que el comprador recibe un crédito por parte del proveedor, donde sólo una de las partes fija las condiciones y el otro tiene que aceptarlas. Y eso no es una relación justa ni simétrica.  Los proveedores que emiten facturas por sus ventas, no tienen, en definitiva, ni certeza respecto a cuándo les van a pagar, ni tampoco certeza respecto a cuánto les van a pagar. 
 
No tienen certeza respecto al plazo, porque hemos visto que en nuestro país ese plazo es indefinido. De hecho, las estadísticas que tenemos de la Bolsa de Productos indican que el promedio de ese plazo alcanzaría a más de 57 días, y estaría creciendo. Había disminuido y ahora nuevamente ha empezado a crecer.
 
Y tampoco tienen certeza del monto del pago, porque a través de las notas de crédito, esa factura puede ir achicándose y, por lo tanto, esa factura, que debiera ser un instrumento de financiamiento, porque tiene certeza en la fecha de pago y en el monto del pago, deja de ser un instrumento de financiamiento y le quita el oxígeno a nuestras pequeñas y medianas empresas.
 
Por esa razón lo que estamos haciendo con estas indicaciones a un proyecto de ley que ya se estaba tramitando en el Congreso, y que de hecho está en su segundo trámite constitucional, y quiero aprovechar de agradecer y felicitar a los parlamentarios que impulsaron este proyecto de ley, muchos de ellos ya no están en el Parlamento, pero no por eso los olvidamos.  Nos vemos, en consecuencia, enfrentados a un problema de principios: las relaciones entre una empresa y sus proveedores debieran regirse por los principios del respeto a la libre competencia, la buena fe y la lealtad entre las partes. Y esas condiciones muchas veces no se cumplen.
 
En consecuencia, es importante que establezcamos mecanismos legales para asegurar que esas tres condiciones básicas tiendan a cumplirse con mayor fuerza y con mayor oportunidad.
 
Por eso el proyecto de ley “Pago Oportuno” a todas nuestras empresas, y especialmente a ese millón de pequeños y medianos empresarios y emprendedores, es un proyecto al cual le llegó su tiempo. 
 
Este proyecto, que está en trámite en el Congreso pero que va a ser reemplazado por una indicación sustitutiva para incorporarle mucha más fuerza y mucha más eficacia, es un proyecto muy necesario. Y, por esa razón, estamos hoy día anunciando algo que -estoy seguro- es una buena y esperada noticia para millones y millones de chilenos pequeños y medianos empresarios.
 
Impulsar este proyecto de ley fue uno de los compromisos que asumimos durante nuestra campaña y que hoy día damos un paso adelante en su cumplimiento, porque nuestros pequeños y medianos empresarios y emprendedores, los empresarios normalmente llevan más tiempo, los emprendedores están comenzando, pero ambos necesitan tener acceso a mayor financiamiento y a mayor capital de trabajo.
 
Y por esa razón, estos pequeños y medianos empresarios requieren herramientas que les den certeza que la factura que reciben por sus productos y servicios tiene fecha y monto definidos y, en consecuencia, podrán utilizarlas como mecanismos de financiamiento en el sistema financiero, porque el deudor va a ser la empresa compradora, que normalmente tiene tasas de interés y condiciones de crédito mucho más favorables.
 
A través de una serie de indicaciones al proyecto de ley, vamos a acotar los plazos de pago de las facturas a un máximo de 60 días, y a partir de ese día 60 -o menos, si las partes así lo convienen- se van a empezar a devengar intereses en favor de quien vendió el producto o el servicio, independientemente del tipo de empresas que se trate, sean de un sector o de otro.
 
Aquí quiero hacer una salvedad para ser muy honesto: dada la difícil situación fiscal que heredamos y los compromisos de financiamiento que ya hemos adquirido, el sector público va a tener un plazo para ajustarse a esta ley. El sector público, y me estoy refiriendo particularmente a los servicios de salud, a la central de abastecimiento, a los servicios nacionales de salud y a las municipalidades, van a tener un plazo de tres años para acomodarse al cumplimiento de esta ley.
 
Por supuesto que me habría encantado que fuera en forma inmediata, pero basta saber la magnitud del déficit que tiene nuestro país y basta ver lo que está pasando en países vecinos, que no prestaron durante mucho tiempo atención a ese déficit, para darse cuenta que la responsabilidad fiscal no es una opción, es una obligación de todo presidente responsable.
 
Porque esta nueva normativa, para poder aplicarse en forma eficaz y que dé verdaderos resultados, requiere también otras modificaciones a otros cuerpos legales o reglamentos, que son las siguientes:
 
Primero, establecer la obligación de la emisión electrónica de la guía de despacho, igual como se emite electrónicamente la factura, lo cual permite tener información en línea oportuna. Vamos a establecer un sistema de emisión electrónica de la guía de despacho, de forma tal de acercar el momento en que se emite la guía de despacho y el momento en que se emite la factura. Porque si no acortamos ese periodo de tiempo, vamos a estar también presionando sobre el capital de trabajo de nuestras pequeñas y medianas empresas.
 
Segundo, limitación al cambio del valor original de la factura una vez aceptada por parte del comprador. Después de ocho días de aceptada la factura por el comprador, no se van a permitir la realización de notas de crédito que disminuyen el tamaño de esa factura y, por tanto, la hacen de un monto desconocido, y se buscarán otros mecanismos si hay que hacer compensaciones entre el comprador y el vendedor, como ventas cruzadas, etc.  Y, por tanto, esto le va a dar certeza no solamente en el plazo, sino que también en el monto de la factura que reciben los pequeños y medianos empresarios y emprendedores de nuestro país.
 
Tercero, a partir del día convenido y no más de 60 días máximo que establece la ley, la factura va a devengar intereses y, de esta manera, las facturas que estén vencidas van a incorporarse al nivel de deuda de la empresa que no la pagó y no van a quedar simplemente como pago a proveedores, lo cual va a incentivar también a las empresas a pagar en forma mas oportuna su factura.
 
Cuarto, el uso del crédito fiscal del IVA sólo será posible a partir del momento en que la factura esté pagada y eso es otro gran incentivo para que el sistema de pago funcione como tiene que funcionar, en forma oportuna, en forma eficaz.
 
Quinto, vamos a generar información pública sobre el comportamiento de pago de las empresas, de forma que aquellas que lo hacen de manera oportuna y cumpliendo sus compromisos, se vean favorecidas por el reconocimiento de la ciudadanía. Y créanme que la ciudadanía tiene un gran compromiso con que este mecanismo de pago a nuestras pequeñas y medianas empresas funcione, en forma oportuna y en forma eficaz.
 
Y sexto, vamos a modificar las condiciones para el otorgamiento del Sello ProPyme, de forma tal que las empresas que están cumpliendo adecuadamente puedan tener ese Sello ProPyme que -yo estoy seguro- es altamente valorado por la ciudadanía.
 
Este proyecto de ley trae, en síntesis, dos grandes ventajas: mejora las relaciones entre las empresas y sus proveedores, porque establece condiciones más simétricas, más equilibradas, más justas, más acordadas, más conocidas, eliminando fricciones que hoy día ocurren entre los proveedores y las empresas, o entre los pequeños y medianos empresarios y las grandes empresas. La certeza sólo favorece las buenas relaciones entre las partes.
 
Pero, además, va a impactar directamente en el costo de financiamiento que deben enfrentar las pequeñas y medianas empresas. De acuerdo a nuestros cálculos, si se lograra una rebaja de 20 días en el plazo del pago, esto significaría un alivio financiero de más de 80 millones de dólares para las pequeñas y medianas empresas. Y eso es algo muy significativo en un sector que adolece de muchas carencias en materia de capital de trabajo.
 
Esta iniciativa que anunciamos hoy, junto a la Agenda Proinversión que anunciamos hace unos días atrás, y junto a las Oficinas GPS -Gestión de Proyectos Sustentables-, y junto también a la mesa de trabajo que vamos a iniciar muy prontamente con un grupo amplio, pluralista y diverso de personas para que todos aportemos nuestras ideas -no para pelearnos los unos con los otros, sino que para fomentar el crecimiento más fuerte, más vital y más enérgico de nuestro país-, nos va a permitir que esa reactivación económica, que tanto necesitamos y que tanto necesitan nuestros compatriotas, tome cada día más fuerza, como ya lo ha estado demostrando con las buenas cifras que hemos conocido del IMACEC y que yo espero que se mantengan en los meses y ojalá en los años que vienen.
 
Termino diciendo que yo estoy absolutamente convencido que Chile es capaz de recuperar su liderazgo y crecimiento, Chile es capaz de crecer más que el resto del mundo, más que América Latina, más que los países de la OECD y desgraciadamente, en los últimos tiempos, hemos estado por debajo del mundo, de América Latina y de la OECD. Y para eso se requiere tomar muchas medidas, como la que estamos anunciando hoy en día.
 
Por eso, yo me comprometo con mis compatriotas que nuestro Gobierno va a ser todo lo que sea necesario y posible -porque en esto hay que ser también responsable- para que Chile recupere ese liderazgo y dinamismo perdido y para que podamos reencontrarnos con el camino del verdadero progreso y desarrollo y poder avanzar a pie firme y rápido hacia transformar a Chile en un país desarrollado y sin pobreza, que le garantice a todos nuestros compatriotas, las oportunidades para que puedan desarrollar los múltiples y generosos talentos que Dios nos dio, y también las seguridades de que van a poder tener una vida con dignidad.
 
En síntesis, una vida más plena, una vida más feliz, para todos nuestros compatriotas.
 
Muchas gracias.