Presidente Piñera asiste a Celebración del día del Libro en CPF San Joquín

23 ABR. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto a la Primera Dama, Cecilia Morel, celebran el día del Libro en el Centro Penitenciario Femenino San Joaquín.

Muy buenos días:
 
Padre Roblero, me acuerdo perfectamente bien cuando nos juntamos, fue en INFOCAP, y estábamos compartiendo con muchas de ustedes, a pesar que eran otras, pero sentían lo mismo que sienten ustedes hoy día, y de repente surgió que por qué no cantábamos. Y cantamos muchas canciones, y me acuerdo que el padre me dijo al final que “cantaba mejor que el Negro”.
 
Y también me acuerdo cuando se graduaron de INFOCAP, recibimos a toda una generación en La Moneda.
 
Porque yo quería hoy día compartir con ustedes algunas reflexiones.
 
En primer lugar, quiero decirles que ¿por qué están ustedes aquí? Es una pregunta que uno siempre se hace. Porque en las sociedades tiene que estar claro lo que es correcto, lo que no es correcto, lo que es bueno, lo que es malo, pero todos nos equivocamos, y cuando uno se equivoca tiene que cumplir una pena.
 
Pero el objetivo de la pena no es castigar; el objetivo principal de la pena es rehabilitar, preparar a esa persona para que cuando recupere su libertad, no vuelva a tropezar con la misma piedra. Ése es el sentido profundo de la estadía de ustedes en este Centro Penitenciario Femenino.
 
Y quiero decirles que, junto al ministro de Justicia, junto a la directora de Gendarmería y junto a todos los que trabajamos en el Gobierno, queremos hacer un esfuerzo muy grande por lograr dos cosas fundamentales para las personas que están privadas de libertad:
 
Primero, queremos que la privación de libertad altere lo menos posible la familia. Y todos sabemos que una madre es el pilar de una familia. Y cuando una madre está privada de libertad, podemos tener a sus niños menores de dos años con ellas.
 
Y por eso, estoy muy contento de haber participado hoy día de muchas iniciativas, como por ejemplo “Abriendo puertas”, “Había una vez” -que se preocupa de los niños- y también haber visto cómo funciona el jardín infantil, que es un jardín abierto, ustedes pueden visitar a sus niños todas las veces que quieran durante la jornada, porque lo que más necesita un niño, necesita muchas cosas, pero lo que más necesita es el cariño, el amor, la protección de sus padres, y especialmente de su madre.
 
Y eso es algo que hemos querido impregnar a todo Centro de Detención donde hay mujeres, que puedan compartir lo mejor posible con sus hijos. Y es una de las grandes tareas que tenemos por delante.
 
Pero, además, quería contarles que queremos también prepararlas a ustedes, porque todos podemos cometer errores, todos cometemos errores, y la verdad es que, si nadie pagara por sus errores, estaríamos haciendo una especie de invitación a que siguiéramos y siguiéramos en el camino del error.
 
Pero el sentido de la privación de libertad es prepararlas a todas ustedes para que cuando recuperen su libertad, puedan tener una nueva oportunidad y puedan iniciar una nueva vida. Y que no se repita ese círculo vicioso de que las personas salen en libertad, no tienen oportunidades, porque no tienen oportunidades vuelven a delinquir y vuelven a caer en Centros de Detención Femenina, como éste.
 
Lo que quisiéramos, y éste es el gran triunfo y logro de toda política penitencia, es que las personas -cuando salgan de aquí- salgan distintas, salgan con nuevas oportunidades, nuevas posibilidades, que puedan iniciar de verdad una nueva vida, que puedan reencontrarse con sus seres queridos y que puedan encontrar esa oportunidad que muchas veces la propia sociedad les ha negado.
 
Hoy es un día muy especial, porque hoy es el Día del Libro, y tuvimos la oportunidad también de participar en unos talleres en que se entregan libros. 
 
Los libros son algo maravilloso. Yo sé que aquí estamos en un lugar donde hay muchas mujeres que están privadas de libertad. El libro es una manera de recuperar la libertad. Uno, a través de la lectura de los libros, puede viajar por el mundo, conocer lugares en espacios recónditos, puede viajar en el tiempo -ir al pasado, ir al futuro- puede conocer las experiencias, las emociones, las vivencias de otras personas, puede, al mismo tiempo, alimentar sus propias emociones. El libro es una manera de abrir nuestras mentes y poder no quedarnos sujetos a las limitaciones del tiempo y el espacio y poder viajar, viajar libremente.
 
Por eso hemos puesto tanta importancia y tanto énfasis en dotar de libros, para que ustedes lo puedan hacer, a través de los libros, porque alguien decía “tengo hojas, pero no soy árbol; hablo, pero no tengo voz”. Y preguntaba ¿qué es lo que es? Y era el libro.
 
Por eso, yo quería plantearles a ustedes que hoy es el Día del Libro, y nos pareció apropiado celebrar el Día del Libro aquí con ustedes.  Algunos decían “pero, es como una contradicción”.  No, es todo lo contrario, es una manera de mostrar que la verdadera libertad, que está en el alma, no se pierde nunca. Y el libro nos ayuda a poder viajar por el tiempo, viajar por el espacio y poder echar a volar nuestra imaginación y echar a volar nuestra creatividad.
 
Por esa razón, estoy muy contento de estar ahora en este Espacio Mandela, en esta Escuela de Perdón y Reparación “Espere”, y les quiero decir: hay mucha gente que los está esperando a todas ustedes, fuera de estas altas paredes, y nosotros queremos prepararlas para que ese encuentro, que va a venir, sea un encuentro para una nueva vida y no simplemente para volver a tropezar con la misma piedra.
 
Y el hecho de estar aquí en la Sala Mandela, es un momento muy especial, porque Mandela dijo palabras que son muy importantes.  Mandela fue un hombre que luchó contra el Apartheid en Sudáfrica y que fue un gran lector y, al mismo tiempo, estuvo más de 27 años preso. Y él, entonces, combinó muy bien la pérdida de la libertad con la libertad que daba la lectura. Y alguien le preguntó ¿de dónde saca, Mandela, el coraje para vencer su pasado y convertirse en el líder, no sólo de su pueblo, sino que del mundo entero? Y él contestó “la cárcel es una tremenda educación: enseña a tener paciencia, enseña a tener perseverancia”. 
 
Y por eso yo pienso que también en este Espacio Mandela, se aprende el verdadero significado de la libertad. Cuando Mandela salió libre, después de haber estado más de 27 años preso, él dijo: “Mientras caminaba hacia la puerta que conducía a mi libertad, me di cuenta que si no dejaba atrás mi amargura y mi odio, seguiría estando en la cárcel aun cuando hubiese abandonado sus paredes”. Y eso es muy verdadero.
 
Y por eso es muy importante aprovechar este tiempo para reflexionar. La vida es como un libro, un libro abierto; el libro de nuestras vidas tiene una parte que ya está escrita y lo que ya está escrito, escrito está, podemos recordarlo, podemos comentarlo, podemos hablar de ello, pero no le podemos cambiar ni una sola cosa. Por eso que la parte más interesante del libro de nuestras vidas son las hojas que aún no están escritas, porque eso sí depende de nosotros y podemos tomar nuestros pinceles, nuestros lápices y dibujar los caminos de nuestro futuro.
 
Y para eso es muy importante hacer una reflexión, ¿qué queremos hacer con el resto de nuestras vidas?
 
Cuando estuvo el Papa acá, él también dijo palabras muy notables, él estuvo aquí y les dijo, cuando finalizaba el taller de la Escuela de Perdón y Reconciliación, les dijo “nada ni nadie reemplaza a una madre”. Y eso es muy cierto.
 
Por eso, cada vez que nosotros nos preocupamos de una mujer que es madre, nos tenemos que preocupar no solamente de ella, nos tenemos que preocupar de la importancia y lo que significa ella para sus hijos. Hemos hecho un gran esfuerzo, pero nos queda mucho por hacer, para integrar mejor a las personas que están privadas de libertad con sus familias, para que la privación de libertad no signifique la destrucción -como muchas veces ocurre- de una familia entera precisamente por la falta de su madre.
 
Y también recuerdo las emocionantes palabras que dijo Jeanette Zurita, hablando en representación de todas ustedes, cuando dijo “estar privados de libertad, no es sinónimo de pérdida de sueños ni de esperanzas”. Y eso es absolutamente cierto.
 
Por eso, yo quería hoy día pedirles que nunca pierdan los sueños y la esperanza, porque ustedes han cometido errores y están pagando por esos errores, pero también tienen derecho a una segunda oportunidad. Y esa segunda oportunidad es la nueva vida que está esperando por ustedes. A muchas de ustedes las están sus hijos, sus familias, pero queremos darles también la oportunidad de rehacer sus vidas.
 
Por eso es tan importante prepararse durante este período de tiempo, prepararse para que el día en que se reencuentren con la libertad sea un reencuentro definitivo y puedan reinsertarse en la sociedad, puedan desarrollar sus proyectos de vida, puedan llegar tan lejos como grandes sean sus sueños, y fuerte y firme sea su voluntad.
 
Por esa razón, yo quería hacer un compromiso con ustedes. Hemos estado trabajando con el ministro de Educación y con el ministro de Justicia, para que para las personas privadas de libertad no sea un tiempo perdido, además de poder estar lo más cerca de sus familias y especialmente de sus hijos menores, que sea una oportunidad de aprender, de educarse y que sea una oportunidad también de capacitarse a través del trabajo. Por eso estamos trabajando en un gran plan para poder traer más oportunidades de educación y más oportunidades de trabajo a las personas que están privadas de libertad, pero yo estoy convencido que la educación y el trabajo son los instrumentos más poderosos para rehabilitar, para preparar, para lograr que cuando esas personas recuperen su libertad y enfrenten una nueva oportunidad, la puedan aprovechar en plenitud.
 
Por eso yo quiero felicitar la iniciativa “Abriendo Puertas”, la iniciativa “Había una vez” -que es la historia lúdica de los cuentos-, felicitar esta iniciativa “Perdón y Reconciliación” de este Espacio Mandela, y a usted, padre Luis, también a la hermana Nelly, que cumple un rol fundamental.
 
Y decirles a todas que nunca la noche está más oscura que justo antes de amanecer. Si se sienten deprimidas, si se sienten golpeadas, piensen que lo mejor de sus vidas está todavía por delante y que ustedes van a ser las protagonistas de esa nueva vida y de esa nueva oportunidad.
 
Muchas gracias.