Presidente de la República Gabriel Boric Font participa de la ceremonia de entrega del informe anual INDH

11 DIC. 2023
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa de la ceremonia de entrega del informe anual INDH

Muy buenos días a todas y a todos. Gracias al INDH por la convocatoria, qué importante y qué bonito que esto no sea en un teatro oscuro, sino en un parque por la memoria y la paz, como es Villa Grimaldi. Creo que es importante que no naturalicemos o más bien no olvidemos lo que significa estar aquí, porque las historias que dejan de contarse son historias que desaparecen con el tiempo.
 
Este lugar que fue centro de exterminio y horror, que fue además negado durante mucho tiempo por la dictadura y justificado por otros, hoy nos recibe para presentar el Informe Nacional de Derechos Humanos, a 50 años del golpe. Eso, Consuelo y a todo el consejo, creo que es una sabia decisión y, ojalá, cada vez más gente conozca los sitios de memoria y comparto con el director de la Fundación Villa Grimaldi lo lamentable y triste que resulta que, en el último tiempo, porque no sé si esto pasaba con tanta frecuencia antes, pero se cuestione por parte de algunos parlamentarios el financiamiento a instancias como ésta, que seguramente no han visitado.
 
Creo que es importante hacer un llamado a que, como sociedad, retomemos un consenso que pareciera haberse extraviado en los últimos años, que los derechos humanos son un avance civilizatorio y, por lo tanto, tienen que ser defendidos siempre, en todo lugar y que no son susceptibles de relativizaciones.
 
Quiero agradecer a las organizaciones de derechos humanos, a las asociaciones de familiares y víctimas de detenidos desaparecidos, de ejecutados políticos. Como les he dicho en reiteradas ocasiones, nuestra generación está aquí gracias a ustedes que mantuvieron la memoria viva, gracias a quienes lucharon durante la dictadura y quienes cayeron que justamente sus familiares.
 
Eso no podemos obviarlo porque, reitero otra vez, pese a que haya también ciertos sectores que parecieran no quererlo escucharlo. Estoy convencido que la historia no parte con nosotros y, en ese sentido, el venir a Villa Grimaldi, el detenerse un segundo en los diferentes memoriales, el imaginar las vidas truncadas, creo que es importante para todos y todas.
 
Como bien decía Consuelo, hace 75 años la humanidad dio un paso trascendental cuando la Asamblea General de Naciones Unidas hizo propia la urgencia de reconocer el valor intrínseco de la persona humana mediante la Declaración Universal de los Derechos Humanos después de las aberraciones que habían ocurrido en la Segunda Guerra Mundial. Y, en ese momento, estados, organizaciones, personas de diferentes latitudes y formaciones políticas, en donde Chile además fue parte protagonista, encontraron en conjunto un mínimo común civilizatorio, que es el reconocimiento de la dignidad de las personas por el mero hecho de existir, sin ningún tipo de cuestionamiento.
 
Como les decía, y recordaba también Consuelo, Chile cumplió un papel protagónico en este momento. Recordemos que en 1948 Chile fue fundador de la Organización de Naciones Unidas y en el año 1948 eran pocos los países en comparación con los que hay hoy, los que firmaron justamente la creación de esa organización. Hernán Santa Cruz, nuestro embajador en esa época, decía que “el valor histórico y la vigencia de la Carta de las Naciones Unidas radica en que ella concibe un orden mundial compartido y coloca al ser humano como el centro principal de su interés y de su acción, en su calidad de individuo, también de ciudadano y miembro de una comunidad regida por principios de igualdad, justicia y solidaridad”.
 
Hoy 11 de diciembre celebramos y renovamos nuestro compromiso con este avance de la humanidad pese a que, como bien decía el director, se encuentra a veces magullado por situaciones que aparecen. Ahí también aprovecho la instancia de hacer un llamado desde aquí, como lo he hecho en otras partes y lo ha manifestado nuestra embajadora actual en la ONU, Paula Narváez, a reformular la ONU. Hace poco se votó por iniciativa del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, con patrocinio de 99 países, dentro de los cuales incluía a Chile por decisión del Gobierno, la exigencia de un alto al fuego en los bombardeos que está realizando el Gobierno de Netanyahu en Gaza.
 
Sin embargo, esta invocación al Art. 99 de la Carta de Naciones Unidas requiere que sea votada por el Consejo de Seguridad y éste, como ustedes saben, tiene miembros permanentes y no permanentes. Todos los miembros no permanentes votaron a favor de la solicitud y de los miembros permanentes solamente el Reino Unido se abstuvo y Estados Unidos votó en contra, con lo que resultó una votación de 13-1-1. Sin embargo, la resolución no se pudo aplicar por el derecho a veto que se estableció en 1948 para algunas de las potencias. Y, por lo tanto, Estados Unidos vetó el que se pudiera exigir, desde la Organización de Naciones Unidas, un cese al fuego en Gaza.
 
El mundo ya no es el mundo de 1948, el mundo de la post Segunda Guerra Mundial. La mayoría, hay muchos países que en esa época todavía estaban bajo el yugo del colonialismo que hoy existen y son parte importante de la organización. Por eso, es urgente y reitero desde acá, en el momento de la entrega de informe, y también en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, la necesidad de reformar la gobernanza de la ONU en línea con lo que ha planteado su secretario general, António Guterres.
 
Para evitar cualquier tipo de especulación al respecto, creo que esto es importante decirlo, no acepto que nos hagan elegir entre la barbarie. Condenamos sin espacios a dudas ni matiz los actos terroristas de Hamás como los actos barbáricos que está realizando el Estado y el Gobierno de Benjamín Netanyahu en la Franja de Gaza, donde están matando a niños y mujeres civiles, sin ningún tipo de consideración.
 
Dicho esto, hoy es importante recordar la importancia que los derechos humanos se materialicen para todos y todas en cada rincón de nuestra patria. En eso el trabajo que hace el INDH es fundamental y me alegro muchísimo de también cómo se ha ido, pese a todas las vicisitudes, a todas las dificultades, incluso a los cuestionamientos, fortaleciendo en el tiempo. Sepan que respetando con mucha convicción la autonomía, porque ustedes nos juzgan a nosotros, nos evalúan como Gobierno y nos exigen como Gobierno, pero como Gobierno no los vemos como si estuvieran en otra vereda, respetamos su autonomía, pero acogemos estas recomendaciones.
 
Quiero que sepan que cuentan con nuestra colaboración y en donde podamos hacer lo mejor, por favor, estemos trabajando juntos para hacerlo mejor.
 
Como país tenemos logros importantes gracias al movimiento de derechos humanos y a los esfuerzos que en las últimas décadas hemos venido realizando por construir una institucionalidad de derechos humanos más robusta. Ahí hay varios y varias que han jugado roles tremendamente importantes. La creación de una Subsecretaría Especializada, la puesta en marcha del INDH y la Defensoría de la Niñez son algunos ejemplos de aquello. Prontamente, espero que se apruebe también en el Congreso la Defensoría de Víctimas que, creo, vendrá a fortalecer este marco institucional.
 
En este día, quiero reconocer el trabajo que realiza el INDH, que promueve una cultura de respeto a los derechos humanos, monitorea el quehacer permanente del Estado, alertando y denunciando donde existen vulneraciones a estos derechos y realizando recomendaciones claves para su protección.
 
Respecto al contenido, muchas gracias a su directora, Consuelo Contreras y a todo su consejo, por las observaciones que nos han planteado. Lo vamos a revisar con detención, por eso está nuestro ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero.  También lo voy a revisar con detención porque quiero que sepan que este agradecimiento no es solamente en cumplimiento formal de las obligaciones legales que tenemos, sino que emana de una profunda convicción que me asiste de que sólo con el respeto al estado de derecho y, sobre todo, con más democracia, es posible hacer valer la vigencia de la Carta Fundamental de los Derechos Humanos y afrontar todos los desafíos que tenemos en el presente, que van cambiando, van mutando, pero en donde siempre va a haber pendientes.
 
Eso es parte esencial de la democracia. La democracia tiene en sí misma un germen de inconformidad que es necesario y, por lo tanto, está en permanente evolución. La democracia nunca se va a ver satisfecha porque las demandas de la ciudadanía siempre van a ir mutando, van a ir cambiando. Y en la medida en que se satisfacen algunas necesidades, van surgiendo otras. Por lo tanto, la visión de los derechos humanos va avanzando y es progresiva.
 
Es mi tarea como máxima autoridad del Estado realizar el mayor esfuerzo que esté a nuestro alcance para dar solución a los problemas que este informe alerta.
 
Ahora, esto no depende únicamente de la voluntad del gobierno de turno, es muy importante la presión que ejerza la sociedad civil y el trabajo conjunto que tenemos con otros Poderes del Estado y con otros órganos autónomos del Estado.  
 
Recojo las preocupaciones que se han expresado en los discursos, los vamos a revisar más en detalle, pero someramente veo que el informe aborda temas que son parte de nuestra historia en este año que es simbólicamente muy importante, a propósito de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.
 
Desde el Gobierno nos pusimos como objetivo trasladar la responsabilidad que ha recaído, durante casi 50 años, en las víctimas, en los familiares de las víctimas de ejecución política y, sobre todo, de desaparición forzada, el conocer la verdad. Ésta es una tarea del Estado, no puede ser un trabajo que dependa de la voluntad de quienes sufrieron la vulneración.
 
Por eso, el Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia asume la responsabilidad de develar lo que sucedió con nuestros compatriotas detenidos desaparecidos y ejecutados políticos como una política de Estado, ésta no es una política de Gobierno, debe ser una política de Estado que se debe mantener independiente de los vaivenes propios de la política democrática.
 
No puedo dejar de mencionar en este acápite lo preocupante que resulta que haya sectores de la política chilena que hayan retrocedido respecto a su evaluación de los sucesos históricos y, este año, algunos de ellos hayan justificado abiertamente el golpe de Estado. Es que, como bien decía la directora al recordar a la familia Fuentealba, el golpe de Estado es esencialmente indisociable de las violaciones a los derechos humanos. Por lo tanto, no es posible justificar uno y condenar otro, son parte del mismo entramado esencial.
 
Creo que debiéramos hacer esfuerzos, todos y todas, por recuperar o construir ese consenso y, ojalá, esto fuera lo más transversal posible.
 
El informe también se hace cargo de desafíos de presente y de futuro como son el manejo de emergencias, incendios e inundaciones. Me ha tocado verlo a lo largo de Chile al recorrer diferentes localidades afectadas por los incendios y, efectivamente, no todos sufren de la misma manera porque no todos tienen las mismas posibilidades de recuperar lo perdido. En ese sentido, se requiere un enfoque de derechos humanos para poder enfrentarlas, en particular en el mundo rural.
 
El 70% del territorio de Chile es rural. Todavía son muchas las familias que viven en el campo y esperamos que en el futuro puedan ser más porque no queremos que nuestro campo se vacíe. Hace poquito, en la comuna de Lanco, presentamos un programa de apoyo a la innovación de jóvenes rurales, para que los jóvenes se puedan quedar en el campo.
 
Pero cuando una tragedia como un incendio o una inundación sucede en el campo, resulta mucho más difícil la restitución al momento anterior o el avance. Por lo tanto, el enfoque de derechos humanos en la perspectiva de las tragedias es sumamente importante y lo valoro.
 
El informe recoge preocupaciones que hoy son compartidas por todas y todos los chilenos, y que han sido puestas, con toda justicia, como prioridad en la agenda pública: en particular la seguridad ciudadana, el derecho a vivir tranquilos y tranquilas, el recuperar nuestros espacios públicos de la delincuencia, del narco, del crimen organizado. Esa es una pelea que estamos dando con mucha firmeza, con mucha convicción para lo cual necesitamos unidad de la sociedad chilena, no peleas.
 
Me tocó compartir ayer con presidentes de naciones latinoamericanas como Ecuador y conversábamos respecto del avance y la lucha contra el narcotráfico, contra las organizaciones de crimen organizado.
 
No me cabe ninguna duda que, para poder enfrentarlo, la mejor receta, el punto de partida es la unidad de la sociedad y no tratar de hacer política electoral o política pequeña en torno a los problemas de seguridad. Cuando la sociedad y sus fuerzas políticas se dividen en un tema que nos convoca a todos, el crimen organizado encuentra grietas para avanzar. Entonces, me alegro que esto se trate en el informe.
 
También el acceso a trabajo, a vivienda, a salud. Lo mencionaba la directora, la educación pública, estamos en deuda con la educación pública como Estado y, en particular, como Gobierno.
 
Cuando visité Atacama y diferentes lugares de Atacama, era muy claro que había una crisis ya sucediendo y ésta explotó a propósito del tema de los SLEP. Creo que podemos hacer más. Sepan que está dentro de mis prioridades, en conjunto con el combate a la delincuencia y el crecimiento económico, la recuperación de la educación pública a lo largo del país. Espero que en estos dos años de gestión que nos quedan eso pueda dar frutos.
 
Me parece muy importante que se mencione y se trate la situación de las víctimas de la violencia en el centro-sur de nuestro país. Me ha tocado compartir con ellas y la verdad es que hay una sensación de desamparo muy grande.
 
Creo que hemos logrado como Estado, con una política de Estado que concitó consenso transversal, avanzar en una vía de encuentro y entendimiento con la Comisión para la Paz y el Entendimiento y, además, con el fortalecimiento de las policías y con una política de inversión en necesidades básicas como conectividad, agua, vivienda y diálogo con las comunidades.
 
No hay una varita mágica, no hay una sola solución. Hoy, hay algunos que plantean a los estados de excepción como solución inmediata a todos los problemas. La verdad es que las cosas son bastante más complejas y requieren de trabajos interconectados, multisectoriales. Lo hemos visto, en La Araucanía y en la Provincia de Arauco estamos en estado de excepción hace mucho tiempo, pero hemos avanzado paralelamente a ese estado de excepción con una política de diálogo, a partir del Plan Buen Vivir, y de la Comisión de Paz y Entendimiento que sería trunca si no estuvieran esas tres patas en la mesa.
 
Por último, me alegra que se haya tocado el tráfico de niños. Este es un tema bien desconocido en la sociedad chilena. Como bien decía Consuelo, desde 1960 hasta 1990, desconozco si se extiende más allá de 1990, pero creo que hay casos que van más allá de 1990, pero esto es desde 1960, muchísimo tiempo.
 
Como esto no estaba en el tapete público, y sé que hay organizaciones que han tratado de levantarlo y ponerlo en el tapete, la mayoría de la sociedad no lo sabe. Me tocó conocer en la embajada de Chile en Washington, en Estados Unidos, a dos jóvenes que deben haber sido aproximadamente de mí misma edad, entre 35 y 40 años, que habían vivido toda su vida en Estados Unidos o en Canadá y habían logrado conocer la verdad, que habían sido robados de sus madres en Chile en el hospital y habían sido traficados, básicamente, y llevados a familias en Estados Unidos.
 
Ahí hay una historia que hay que contar, que hay que revelar, hay un hay una investigación que hay que hacer y, sin lugar a dudas, desde el Estado podemos hacer más desde esa perspectiva. Así que, bienvenido sea que esto se trate abiertamente en el informe.
 
Adhiero al justo reconocimiento y homenaje que se hace a estos dos grandes defensores de los derechos humanos, cuyo trabajo nos enorgullece y nos moviliza, y cuya partida nos genera desolación y vacío, en particular en el caso de Luis por ser tan joven. Tuve la oportunidad de conocerlo y, de verdad, esa energía y alegría que transmitía, y fuerza para empujar y para sacar adelante proyectos, era realmente notable.
 
Y en el caso de Joan Turner es el respeto a una trayectoria en donde, pese al desgarro de la violencia, siguió haciendo arte y desde el arte denunciando, convocando e interpelando. Entonces, me parece un homenaje justo, necesario y ojalá que sus historias se conozcan y transiten por todo el país.
 
Por último, y para cerrar, el estar aquí en el Parque por la Paz Villa Grimaldi, ex cuartel Terranova, es una experiencia que siempre me sobrecoge porque, sin negar la memoria de todo lo abyecto y cruel que aquí sucedió, hoy se respira paz. Hay silencio y hay muchas ausencias que nos duelen, que están marcadas en los nombres que los invito a revisar y conocer sus historias, pero el trabajo de memoria que han realizado las organizaciones, las fundaciones y quienes han educado en derechos humanos lo vuelven un lugar de esperanza.
 
Es muy bonito, en alguna de las ocasiones que he venido me ha tocado ver a grupos de escolares que vienen a conocer lo que sucedió en Chile.
Muchísimas gracias al INDH por este informe, al Parque por la Paz Villa Grimaldi por acogernos, a todos quienes integran los diferentes poderes del Estado, por el trabajo conjunto para velar por el respeto a los derechos humanos en todo tiempo y en todo lugar.
 
Invito a la sociedad civil a que lo siga haciendo porque el rol que cumple es tremendamente importante en esto.
 
Que los principios de igualdad, de justicia y de solidaridad iluminen cada rincón de Chile. Eso es un desafío permanente que, a mí, como Presidente de nuestro país, me inspira y es parte de lo que me motiva a levantarme a trabajar con mucha fuerza y convicción todas las mañanas.
 
Cuando se logró la Declaración Universal de Derechos Humanos, si no me equivoco, Eleanor Roosevelt dijo algo así, no tengo la cita textual, la lucha por los derechos humanos es cotidiana y nace desde espacios íntimos, y desde ahí va adquiriendo un sentido colectivo.
 
Por eso, es importante que esto se dé a nivel de instituciones, como las que estamos aquí representadas, y en conjunto con la sociedad civil, con las familias y con toda la sociedad chilena. Y creo que el INDH juega un rol fundamental en esa labor.
 
Muchísimas gracias, Consuelo. Muchísimas gracias a todos y a todas.