Presidente de la República Gabriel Boric Fon participa del 42 aniversario de la UTEM

31 AGO. 2023
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El Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa del 42 Aniversario de la Universidad Tecnológica Metropolitana del Estado de Chile (UTEM).

Les cuento que estoy aquí por varios motivos. Cuando era estudiante me indignaba, en las inauguraciones de los años académicos o en los aniversarios importantes, ver las primeras filas del aula magna de la Universidad de Chile muchas veces desiertas porque las autoridades de la época, de cualquier signo político, parecían no parecerles importante el participar de estos eventos.
 
Por lo tanto, cuando llegamos al lugar donde estamos, hablo en colectivo porque fuimos muchos, me sentí muy comprometido a resarcir lo que yo consideraba un desinterés muy grande. Sin embargo, en una de esas reuniones en la oficina de la rectora Devés, me hizo ver, si mal no recuerdo la rectora de la UTEM o quizás la rectora del PEA, que no puede ser que vaya sólo la Universidad de Chile y que, como Presidente de todos los chilenos, en particular, con un compromiso profundo con la educación pública y con las universidades del Estado, tenemos que transformar ese compromiso en actos y en símbolos, pero también, en hechos concretos.
 
Estuvimos en la USACH la semana pasada inaugurando la exposición interrumpida del 11 de septiembre de 1973 y hoy estamos acá, con mucho orgullo, con mucha alegría en este aniversario de los 42 años de historia de la UTEM. Les agradezco mucho que me hayan invitado, le agradezco mucho y valoro mucho las palabras de la rectora. Me siento honrado de estar con ustedes en este aniversario y felicito a la rectora por el trabajo que viene realizando, por ser la primera mujer que dirige esta casa de estudio, pero entiendo que es un trabajo de largo aliento. Qué bueno que esté el ex rector fundador también con nosotros, a quien además está dedicado el libro de Ronald.
 
Sé que la UTEM pasó por momentos complicados, lo recuerdo cuando era estudiante y ver hoy las cifras que usted nos cuenta, creo que es un motivo de tremendo orgullo y de cómo, a partir de un trabajo serio, responsable, con compromiso de la comunidad universitaria entera -directivos, académicos, estudiantes, trabajadores y trabajadoras-, se puede salir adelante y se abre una proyección de presente y futuro que es auspiciosa.
 
Como nos ha explicado la rectora, este aniversario tiene la particularidad de que la UTEM se crea bajo el gobierno del presidente Aylwin en 1993, pero se reconocen además las raíces de lo que fue el Instituto Profesional de Santiago que, a su vez, fuera continuador de la Academia de Estudios Tecnológicos que fue cercenado de la Universidad de Chile en 1981, al igual que el Instituto Pedagógico y todas las sedes regionales. Lo mismo que se hizo, de manera paralela, con la Universidad Técnica del Estado (UTE).
 
Lo que se buscaba no era diversificar en ese momento, lo que se buscaba era debilitar a las universidades estatales y quisieron destruir la educación pública porque la veían como una amenaza al pensamiento libre, al pensamiento crítico. Pero no lo lograron y aquí, en esta comunidad, está un gran ejemplo de ello.
 
Hoy la UTEM es un proyecto académico sólido y que está en crecimiento, distinto y muy superior a lo que fueron sus orígenes en 1981, que cuenta, según ustedes mismos me contaban, con 27 carreras de pregrado, un programa de bachillerato en ciencias de la ingeniería, además de 11 programas de magíster y dos programas de doctorado.
 
Pero más allá de los números quiero destacar el compromiso y la esencia de la UTEM, las políticas de equidad que aplica en sus ingresos, que es ejemplar en todo el sistema de educación superior y que va contagiando de buena manera al resto del ecosistema.
 
Por ejemplo, a través del PAES, pero no sólo a través del PAES, sino también asignando cupos de género, de deporte y asumiendo distintas capacidades que los estudiantes puedan mostrar y que las pruebas estandarizadas no son capaces de medir, porque las pruebas estandarizadas homogenizan y nos hacen perder de vista la diversidad de las capacidades de los estudiantes, que creo la UTEM ha hecho un esfuerzo por rescatar y algo que debiera ser transmitido a todo el sistema universitario.
 
Pienso, veo y cuando la escucho, rectora, que la UTEM está logrando un interesante equilibrio entre un proyecto que crece, por una parte, en excelencia académica, como lo demuestran los números en los rankings que usted misma citaba, pero que, a la vez, lo hace manteniendo y fortaleciendo una vocación pública que es fundamental en los tiempos que corren, favoreciendo políticas de equidad en su ingreso y pensándose a sí misma desde la óptica de aportar al desarrollo del país. Pero no a la inercia del desarrollo del país, sino a un nuevo modelo de desarrollo del país, que sea más justo, que distribuya de mejor manera la riqueza, que sea más sustentable con la tierra en que vivimos, más descentralizado y que considere a todos por quienes son y no por cuánto tienen.
 
Esos son ejemplos que están realizando en los campos de desarrollo de administración, economía, diseño, arquitectura, construcción y ciencias de la ingeniería. La rectora me hablaba, en la breve reunión que tuvimos antes de esta ceremonia, de la voluntad de la UTEM de salir de la zona gris, en donde no son universidades de zonas extremas, no son universidad pedagógica, no son de región, y sin embargo tienen un tremendo potencial que aportar y eso tiene que ser visto, entendido e integrado por las autoridades y parto por mí.
 
Por eso, me interesa poder apoyarles en los proyectos que están desarrollando y les contaba que partiéramos por sacar adelante el proyecto del Palacio Ariztía y que, posterior a eso, entiendo que tiene plazos breves, pero que depende de un empuje de voluntad política, podamos seguir avanzando en el vínculo de la UTEM con la formación técnica profesional para los nuevos proyectos que se abren para Chile, porque Chile tiene una oportunidad que es escasa en el mundo.
 
Estamos en un momento en donde tenemos que avanzar de manera decidida hacia una transición tecnológica para poder hacer frente a la crisis climática. Y para la mayoría de los países eso va a ser una crisis porque significa cambiar su matriz productiva del cielo a la tierra. Para Chile, en cambio, es una oportunidad porque tenemos energías renovables no convencionales, porque tenemos materiales críticos que son necesarios para esa transición tecnológica, porque tenemos un océano increíble que nos baña y que, además, nos posiciona de cara al centro del mundo que hoy es el Pacífico, más que el Atlántico Norte, y en donde se requiere no solamente la vieja concepción del prestigio social de las profesiones liberales de cuello y corbata, sino también la dignidad y trabajo de la formación técnica para poder sacar esto adelante.
 
Y, ahí, instituciones como la UTEM, que tienen un prestigio ganado a lo largo de sus años, tienen muchísimo que aportar. Y le invito, rectora, a que trabajemos juntos ese desafío, a que este cambio de la matriz productiva en Chile sea de la mano con sus universidades porque ya no estamos disponibles a ser un país que venda piedra a manos extranjeras, sino que creemos en nuestra patria, queremos, en nuestra patria, crear conocimiento, transferencia tecnológica, encadenamiento productivo, vínculo con el conocimiento que aquí mismo generamos. Y, en eso, instituciones como la UTEM tienen todo el potencial de ser trascendentales.
 
Este aniversario 42° de la Universidad Tecnológica Metropolitana se realiza en un momento especial del país, como todos sabemos. El ambiente está eléctrico, está cargado. No sé si ustedes lo sienten, pero siento que si toco a alguien le voy a dar electricidad en cualquier momento.
 
Estamos a pocos días de conmemorar los 50 años del quiebre de la democracia y hay algunos que nos invitan a dar vuelta la página, a olvidar el pasado y a proyectar no solamente a un futuro esplendor, pero no hay futuro esplendor posible sin memoria y sin verdad. Por eso, porque no se trata de olvidar las heridas, sino de sanarlas, de reconocerlas, de mirarlas, de entenderlas, de saber por qué están ahí, la única manera de enfrentarlas es con verdad, con justicia y con reparación.
 
Y eso se logra de diferentes maneras. Por ejemplo, con gestos tan sencillos como esta placa que acabamos de inaugurar, pero no solamente con gestos, sino con políticas públicas permanentes como el Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia que lanzamos, en conjunto con el Gobierno y el Estado, ayer para encontrar la verdad de los más de 1.100 desaparecidos que nos faltan.
 
Ustedes, como UTEM, han asumido a 15 víctimas como propias; Luis Almonacid, Segundo Flores, Juan Ibarra, María Labrín, Jacqueline del Carmen Binfa, Jacqueline Drouilly, José Salazar, María Teresa Bustillos, Alfredo García, José Ernesto Agurto, Modesta Carolina Wiff, Elizabeth Rekas, Julia Valencia, Gilberto Victoriano y Ronald Wood. Y como nos recordaba la rectora, la mitad eran mujeres, cuatro de ellas embarazadas. Y esa magnitud de la barbarie no terminó solamente en los tiempos de dictadura, sino que la rectora recordó a Ronald que fue asesinado en el puente Loreto, próximamente puente Ronald Wood, en una protesta nacional en 1986. Por lo tanto, me sumo a los saludos y respetos a su familia aquí presente.
 
La rectora cierra su discurso citando a Paulo Freire, educador brasileño que vivió su exilio en Chile después de que se instalara en Brasil la dictadura militar en 1964 y estuvo aquí hasta 1969, donde escribió algunas de sus obras más importantes, entre ellas “Pedagogía del Oprimido”. Hay muchos aspectos que se pueden rescatar de esa obra, pero me gustaría destacar su insistencia y persistencia en el diálogo. Pablo Freire decía que la opresión se sustenta en el no diálogo y que sin diálogo no hay emancipación humana posible.
 
Chile necesita hoy mucho diálogo, necesita diálogo entre nosotros y necesita diálogo, también, entre quienes piensan distinto. La verdad es que no ha sido fácil, pero que no les quepa duda que desde el Gobierno y, en particular, como Presidente de la República, no voy a dejar de intentarlo. Necesitamos reconocer nuestras diferencias, volver a construir confianzas y ser capaces de generar acuerdos, pero no acuerdos que vayan en beneficio de las partes que negocian, sino acuerdos que vayan en beneficio de la calidad de vida del pueblo de Chile que hoy representamos. Ese es el llamado que hago desde el Gobierno.
 
Rectora y a toda la comunidad universitaria, a sus estudiantes, trabajadores, académicos y directivos, les reitero mis felicitaciones por este aniversario y mi profundo y solemne reconocimiento a toda la comunidad de la UTEM en este día, y al rol cada vez más gravitante que está ocupando esta universidad pública en el devenir de la patria justa que queremos construir.
 
Muchísimas gracias.