Presidente de la República, Gabriel Boric Font, encabeza el lanzamiento de la Comisión Presidencial para La Paz y el Entendimiento

21 JUN. 2023
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, 

encabeza el lanzamiento de la Comisión Presidencial para La Paz y el Entendimiento.

Muy buenas tardes a todas y a todos:
 
Quiero ser muy cuidadoso y evitar un discurso cargado de adjetivos porque el trabajo que tenemos por delante, todas y todos los aquí presentes y a quienes representamos, el pueblo de Chile, el pueblo mapuche, es tremendamente desafiante.
 
Quiero hablarles sobre un asunto de gran importancia para todos nosotros, en especial para quienes habitan las regiones del Biobío, La Araucanía y, también, Los Ríos y Los Lagos. Hoy estamos presentando la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento que anunciáramos en noviembre del 2022 en Villarrica. Y tengo la esperanza y la convicción que ésta, a través del diálogo social amplio -como bien decía el rector de la UFRO- y de los acuerdos que en un comienzo pueden parecer improbables y difíciles, siente las bases para una solución duradera y sostenible del conflicto que hace larga data existe interculturalmente el Estado chileno y el pueblo mapuche.
 
Por cierto, como ha quedado de manifiesto aquí, no estamos partiendo de cero. Desde el retorno a la democracia han sido muchos y muy significativos los esfuerzos para trazar un camino que nos lleve a la paz, a la tranquilidad, al reconocimiento mutuo y al respeto.
 
El acuerdo de Nueva Imperial del Expresidente Patricio Aylwin que permitió la creación de la Conadi y de la Ley Indígena, que en octubre 30 años. También, la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato creada por el Expresidente Ricardo Lagos y presidida por el expresidente Patricio Aylwin que, por primera vez en nuestra historia, se refirió a la relación del Estado con los pueblos indígenas en el pasado, develando de esta manera oficial el despojo, la violencia e incluso el genocidio del que estos han sido víctimas. La comisión del obispo Vargas (Q.E.P.D), que incluyó entre sus recomendaciones, una instancia justamente de esta naturaleza. Y la ratificación del Convenio 169 de la OIT durante el gobierno de la Expresidenta Michelle Bachelet, entre otras iniciativas.
 
Sin lugar a dudas, hay muchas más iniciativas también de la sociedad civil, de las mismas comunidades, que espero sean recogidas en este trabajo.
 
Y es que en estos esfuerzos podemos reconocer el compromiso, el trabajo y la fe de personas y autoridades que apostaron siempre por tender puentes, incluso cuando todos les decían que estos eran imposibles. Es el caso, por ejemplo, el senador y exministro secretario general de la Presidencia, Francisco Huenchumilla y del exministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, quienes puedo decir con satisfacción nos han acompañado desde un inicio en esta propuesta.
 
Y, también, del resto de los consejeros a quienes agradezco profundamente que hayan aceptado esta invitación y este desafío. De diferentes edades, de diferentes trayectorias, de diferentes mundos: Gloria Callupe, representante del GORE del Biobío; Emilia Nuyado, diputada de la República; Adolfo Millabur, con larga trayectoria; Carmen Gloria Aravena, senadora; Sebastián Naveillán, que con su juventud también representa esa esperanza de tiempos nuevos; Juan Pablo Lepín Leonelli, del GORE de La Araucanía.
 
Muchísimas gracias por haber aceptado este tremendo desafío y esta gran tarea que tenemos por delante. Sepan -tal como lo conversamos con todos ustedes ayer personalmente- que van a contar con todo el apoyo del Estado porque ésta en una comisión de alto nivel. Y como pueden haber visto, además, lograron si el desafío es difícil, partimos con una buena noticia, que es esa foto larga que tuvimos acá.
 
En estos tiempos -juntarnos todos, de diferentes visiones- muchas veces estamos en la rencilla política cotidiana, pero hoy nos juntamos todos con una visión de Estado, de largo aliento, poniendo por delante el bien común por sobre nuestras diferencias. Esa carga espero se transforme en una responsabilidad que la llevemos todos de manera muy positiva. Van a contar con todo mi apoyo permanentemente.
 
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se han sostenido en las últimas décadas, las medidas que hemos tomado han sido insuficientes y hay muchas de las promesas están incumplidas, como bien decía el rector. Esto no es normal ni tiene porque ser así, no es un destino inexorable. Si miramos la experiencia internacional vamos a ver que en otros países donde, hasta hoy, subsisten pueblos originarios, su relación con el Estado y la sociedad puede ser armónica porque han alcanzado los acuerdos para ello. Han dialogado, se han encontrado.
 
Aunque no podemos cambiar el pasado, sí reconocerlo y no olvidarlo, juntos y juntas podemos mirar hacia el futuro. Ésta es la invitación que quiero hacerle hoy al país, a que nos reencontremos, a que dialoguemos, a que busquemos los acuerdos que nos permitan avanzar hacia una convivencia respetuosa en las regiones del Biobío y La Araucanía, y que se extienda, también, a Los Ríos, a Los Lagos y a todo el país.
 
Para ello es importante contar con políticas de Estado, no de Gobierno, de Estado que nos permitan resolver el conflicto y que ellas cuenten con un amplio respaldo social y político. Por eso, esto requiere un esfuerzo gigante de la sociedad en su conjunto de vencer legítimas desconfianzas, de superar el escepticismo tanto de mapuches como no mapuche, de empresarios, de agricultores, de comerciantes, de todos los habitantes de la zona. Pero, también, principalmente del Estado, quien se hace responsable de los problemas de falta desarrollo, de pobreza, los problemas de coexistencia, de violencia e inseguridad en la zona.
 
Somos conscientes que el camino para los grandes acuerdos y los cambios es un proceso que va a ser largo, laborioso y los frutos de estas decisiones que tomemos hoy no van a ser inmediatos. Cuando uno va al territorio muchas veces a mí me han dicho, cuando estamos apurados de irnos a una reunión a otra: “Los tiempos acá, huinca…tienes que ir con más calma”. Vamos a necesitar mucha paciencia, mucha resiliencia.
 
Quiero decirles que nosotros entendemos que nuestra forma de abordar lo que hoy sucede en la zona y que sucede hace larga data, tiene diferentes dimensiones. Ésta, el diálogo, el encuentro, es una de ellas. También, y no dejamos de lado, las inversiones y la presencia del Estado. Por eso, la semana pasada estuve en La Araucanía, en Padre Las Casas, en Pitrufquén, en Freire y en Temuco firmamos un acuerdo con todos los alcaldes y alcaldesas de la Provincia de Cautín. Antes lo habíamos hecho con los alcaldes de la Provincia de Malleco. Tenemos que trabajar intensamente también con la Provincia de Arauco.
 
A su vez, estamos en una tercera pata de la mesa. Dije diálogo, la Comisión de la Paz y el Entendimiento; inversiones, el Plan Buen Vivir; y, también, hacernos cargo de mejorar la situación de inseguridad y violencia en la zona, mediante el fortalecimiento de las policías, terminar con la sensación de impunidad y, por supuesto, hacernos cargo de algo que es muy doloroso y muy importante ponerlo sobre la mesa, que es la reparación a todas las víctimas.
 
Por eso, estimados compatriotas, estamos ante una tarea de Estado que va a trascender al gobierno de turno y por eso es importante la foto que sucedió recientemente de todos los partidos representados en el Parlamento, de todo el espectro político. Ellos concurren aquí a firmar las bases de esta comisión de buena fe, un acuerdo a favor del diálogo, de la seguridad, de la paz y del entendimiento. Sin ustedes éste sería una fuerzo infructuoso.
 
Y lo mismo quiero decir de la presencia -como lo recalcaba el rector- de los académicos, de las organizaciones sociales, de las comunidades, de la sociedad civil que lleva largo tiempo buscando estos puntos de encuentro, los gremios también aquí presentes. En verdad, es una alegría poder convocarlos a todos ustedes detrás de un bien común. Los parlamentarios y parlamentarios, alcaldes y alcaldesas, concejales.
 
Esta comisión se crea con el objetivo de hacer viables los cambios políticos y legislativos para dar una respuesta adecuada a un problema que está entrampado ya por demasiados años, que es el problema asociado a la demanda de tierras. Además, y esto fue incluido explícitamente en las bases que firmaron los partidos, en el reconocimiento, lo voy a leer textual porque me parece que es importante: “La Comisión elaborará una propuesta con los cambios que permitan llegar a un acuerdo sobre la demanda de tierras existentes, diversificando mecanismos de reparación, produciendo mejoras y modificaciones legislativas e institucionales necesarias para esta tarea como, a su vez, promoverá iniciativas de justicia hacia el pueblo mapuche. Una propuesta de reparación integral a todas las víctimas de la violencia, como también la incorporación de elementos que mejoren la vida y el desarrollo de todos los habitantes de las zonas involucradas”.
 
A la comisión integrada por representantes del pueblo mapuche, del mundo empresarial, del mundo político y del mundo académico le corresponderá establecer una propuesta dialogada con todos los actores, sobre cómo responder a la demanda de tierras que hoy existe, además del reconocimiento y la reparación de las víctimas.
 
Éste es un gran desafío que va a traer cambios legislativos e institucionales. Por eso, es importante la concurrencia de los partidos. Así como iniciativas de justicia como -lo mencionaba la consejera de Conadi- el reconocimiento, respeto y protección a la interculturalidad en la salud, la agricultura tradicional, la revitalización del mapudungun. Queremos que la cultura florezca, que haya nuevos cantores, nuevos artistas que creen, que se expresen en mapudungun. Así, Chile entero se enriquece.
 
Creo que es fundamental que entendamos todos que la propuesta de reparación deberá conciliar las expectativas que hoy se tienen con las posibilidades reales que el Estado de Chile puede ofrecer. Por eso, la composición de esta comisión busca hacer viables las respuestas que necesitamos. No fue fácil, nos demoramos, hubo mucha conversación, costó sacarlo adelante. En algunos momentos pensamos que se caía, pero gracias a que todos pusieron de su parte y mucha voluntad, logramos llegar a hoy.
 
Todos vamos a tener que ceder, vamos a tener que ampliar los mecanismos de reparación para que podamos trazar un camino de salida que a todas las partes les haga sentido.
 
Confío plenamente en que el trabajo serio, generoso y comprometido de los ocho comisionados que conforman esta comisión y de quienes presentarán al país un informe final a fines del año 2024, va a ser exitoso. No va a ser fácil y algunos podrán decir: “¿Por qué tanto tiempo?”. Imagínense cuánto tiempo llevamos en esto. Es importante avanzar, quizás al paso del más lento, para que nadie se quede atrás.
 
Ustedes, comisionados y comisionadas, representan una diversidad de miradas y experiencias políticas que son muy valiosas para la tarea que se les ha encomendado. Y fueron elegidos por su reconocida capacidad de acercar posiciones cuando el resto decía que no se podía y tender los tan necesarios puentes entre distintos sectores y actores de la sociedad.
 
Ésta no es una comisión que se crea para discutir entre cuatro paredes y que luego, cumplido el plazo, sencillamente nos haga llegar sus conclusiones. La comisión tiene que liderar un proceso de diálogo con los distintos actores involucrados, con los gobiernos regionales, con las comunidades mapuches, con los gremios empresariales, con las víctimas, con la ciudadanía en general.
 
Y es que la violencia, pero también la desconfianza y el abandono han lastrado el desarrollo de una región que tiene una inmensa riqueza cultural, natural y económica en su gente, que nos entrega un tremendo potencial de crecimiento y liderazgo, especialmente en el rubro turístico, agrícola, forestal y cultural.
 
Sin embargo, de manera muy frustrante para todos hoy La Araucanía y Biobío están entre las regiones más pobres del país. Por eso, tengo la convicción de que este camino que hemos propuesto para la paz y el entendimiento va a crear las condiciones que permitan mayor seguridad, más inversión y, en definitiva, el despegue de un desarrollo que se traduzca en progreso y buen vivir para todos sus habitantes y los de todo el país. Además, respeto y reconocimiento.
 
Como lo ha dicho más de una vez el poeta Premio Nacional de Literatura, Elicura Chihuailaf: “Chile necesita reconocer su morenidad y sólo amando esa morenidad podrá abrazar y amar también su otredad, y encontrar la realización del hermoso jardín humano”.
 
No me canso de repetirlo porque ustedes, comisionados, van a enfrentar seguramente muchas presiones, va a haber momentos en que quizás lo más fácil sea dar un paso al costado. Los insto a resistir, a pensar siempre en el bien común que hemos logrado poner por delante hoy y a que sepan que cuentan con todo mi apoyo.
 
Estoy convencido de que tenemos una oportunidad única para avanzar decididamente en resolver el conflicto, atendiendo sus causas más profundas y no solamente su superficie. Y ahí hay un sentido de urgencia y de oportunidad que no podemos dejar pasar.
 
Porque no quisiera ni yo ni seguramente ninguno de ustedes que en 10 años más los distintos actores que estamos aquí presentes, repasemos nuestro actuar y nos preguntemos por qué no aprovechamos esta oportunidad. Hemos llegado hasta aquí acercándonos, escuchándonos y los insto a que sigamos haciéndolo.
 
La política tiene momentos para la refriega, para la competencia, pero también tiene otros momentos que son fundamentales, claves en la existencia de la República, que son aquellos momentos de colaboración y en donde el bien común impera por sobre las diferencias particulares. Éste es uno de esos momentos y de nosotros depende que dé frutos.
 
Muchísimas gracias y un abrazo muy grande.