Presidente Piñera participa en la ceremonia Tefilá por Chile

23 SEPT. 2021
Descargar Audio Discurso Descargar Transcripción

S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, participa de la ceremonia Tefilá por Chile.

Muy buenas tardes, señora Primera Dama, señor Presidente de la Comunidad Judía en Chile, señor Arzobispo de Santiago, señor Obispo representante del Mundo Evangélico, señor Presidente del Tribunal Constitucional, señor Presidente del Servicio Electoral, señoras y señores Ministros y Subsecretarios, señor Vicepresidente de la Cámara de Diputados, señoras y señores Alcaldes, señores Presidentes de Partidos, amigas y amigos y, muy especialmente, queridos Bomberos.
 
Quiero agradecer muy sinceramente esta oportunidad de compartir con ustedes una celebración con tanta historia y significado como es el Tefilá por Chile.
 
Pienso que en estos tiempos orar por Chile es más urgente y necesario que nunca, porque hemos vivido tiempos de grandes adversidades, pero también tiempos de mucha confusión y de debilitamiento de valores esenciales. Adversidades, en muy poco tiempo, en el mundo y también Chile, hemos debido enfrentar crisis políticas, la pandemia del coronavirus, crisis económicas, crisis sociales, sequías y muchos otros males que nos han puesto a prueba para ver y medir el temple del pueblo chileno para saber enfrentarlas, superarlas y seguir caminando por el sendero del progreso.
 
Pero también han sido tiempos de mucha confusión, en que valores fundamentales se han ido desdibujando, se han ido relativizando. Y por eso la importancia de esta Tefilá por Chile. El valor de la vida, incluyendo la vida del que está por nacer, el valor de la libertad, el valor de la democracia y el Estado de Derecho, el valor del orden público y de la seguridad ciudadana, el valor de la no violencia, el valor del diálogo y de los acuerdos, el valor de la tolerancia, del respeto, de la no discriminación.
 
Y aquí es cierto, una de las formas más oscuras y crueles de discriminación ha sido a lo largo de la historia el antisemitismo que, por supuesto, no refleja ninguno de los valores que antes he mencionado.
 
Ésta es mi última Tefilá. Recuerdo con emoción la primera Tefilá el año 2010, ésta es mi última Tefilá como Presidente de la República y ojalá me sigan invitando. Porque quiero expresar hoy día, como Presidente de Chile, mi profundo reconocimiento y gratitud al enorme aporte que han hecho chilenos judíos a lo largo de nuestra historia al desarrollo de nuestro país en múltiples facetas, con amor, con compromiso.
 
Por ejemplo, desde los tiempos de lo que los españoles llaman el descubrimiento de Chile, los españoles creen que cuando llegan a un lugar lo descubren, la verdad es que estaba descubierto mucho antes, pero junto con Diego de Almagro, llegó a Chile Rodrigo Orgóñez y a partir de esos tiempos, comienzo del siglo XVI, a lo largo de los siglos la Comunidad o los chilenos judíos han hecho permanentemente un gran aporte a un desarrollo integral del cuerpo y del alma de nuestro país.
 
Recuerdo, por ejemplo, a Manuel de Lima, fundador del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y también fundador de la Unión Fraternal que fue la primera logia masónica en nuestro país; o al rabino Eduardo Waingortin, que fue capellán en La Moneda; a Claudio Grossman, agente chileno ante la Corte de La Haya; a Mario Kreutzberger, que ha sido creador de tantas iniciativas nobles y buenas para el alma de Chile; a Dora Altbir, a Miryam Singer, a Carla Guelfenbein, a Andrés Weintraub, a Miguel Kiwi. Todos ellos Premios Nacionales, el más grande galardón que entrega nuestro país para reconocer, apreciar y agradecer los aportes que van más allá de lo que es lo normal.
 
También personas como Nissim Sharim, gran actor; o Jorge Kaplán, médico pionero; y personas que han estado más cerca de nosotros como es el caso de Ministros como Rodrigo Hinzpeter, como Pauline Kantor y muchos más.
 
Todos ellos han hecho un enorme aporte y una gran contribución en terrenos tan diversos, la cultura, la ciencia, el arte, el mundo de la economía, el mundo de la política, el mundo de las comunicaciones. Siempre hemos encontrado ahí un aporte fecundo, un aporte valioso que es bueno saber apreciar, reconocer y agradecer que es lo que estoy intentando hacer en este instante.
 
Porque, además, la Comunidad Judía nos ha acompañado en la travesía de esta República desde sus primeros pasos hasta el presente, y eso es algo que nosotros reconocemos, apreciamos, valoramos y agradecemos.
 
Pero, además de eso, nos ha enseñado muchos valores, no solamente los talentos que vienen de Dios, sino que también el valor del esfuerzo, del compromiso, del amor, de la tolerancia, virtud tan necesaria en tiempos revueltos como los que vivimos hoy día, y también el valor de la solidaridad, del respeto a los derechos humanos y las libertades, la libertad religiosa, la libertad de educación, el derecho y deber preferente de los padres para educar y formar a sus hijos, la libertad de amar, son valores que, sin duda, son los mejores antídotos en contra de esas expresiones de odio, de discriminación que, a veces, imperan en la especie humana y que a lo largo de nuestra historia nunca nos han dejado de acompañar.
 
Por eso, en estos tiempos de tanto populismo, tanta polarización, tantas divisiones, tanta falta de respeto por los demás, porque cuando uno no respeta el Estado de Derecho, no respeta los valores de la democracia y práctica la violencia para obtener sus métodos, lo que está haciendo, en el fondo, es expresar una profunda falta de respeto por los demás.
 
Por eso, hoy día en que ustedes están en pleno Sucot, estos 7 días que les recuerda la precariedad de las primeras décadas cuando el pueblo judío logró escapar del cautiverio en Egipto y dirigirse a la Tierra Prometida, esas décadas por el desierto fueron precarias y esta fiesta recuerda esa precariedad. Y por eso tenemos esa cabaña precaria que simboliza la precariedad no solamente de esas décadas en el desierto camino hacia la Tierra Prometida, sino que la precariedad de la vida humana.
 
Tal vez está pandemia nos ha enseñado, cuando creíamos que habíamos conquistado todos los secretos y dominábamos la ciencia y creíamos que dominábamos la naturaleza, un virus microscópico demostró cómo puede poner de rodillas a las potencias más grandes del mundo. Por eso, la humildad es un reflejo necesario para reconocer la precariedad de nuestras vidas.
 
Hoy en pleno Sucot, en esa cabaña precaria de la salida de Egipto y, curiosamente, por designio de Dios, le negó a Moisés y Aaron lo que ellos querían que era entrar a la Tierra Prometida, pero no se lo negó a Josué y, posteriormente, a David, a Salomón en esos tiempos del Estado Judío.
 
Hoy, junto con orar por Chile, esta Tefilá por Chile y por su pueblo, les deseo a todos ustedes, a todos los chilenos judíos una muy feliz Tefilá, pero también una más feliz Simjat Torá, porque Simjat Torá significa la alegría del Torá y recuerda el momento en que Dios le entregó la Torá a Moisés, momento muy emblemático, y ahí estaban esos mandamientos que son, como decía el Presidente de la Comunidad, el alma y la esencia de la existencia y, además, lo hizo después de un largo proceso de purificación.
 
Por eso, con esa plegaria milenaria, yo les quiero decir hoy día desde el fondo el alma no solamente gracias y muchas gracias, sino que también a todos ustedes, shalom, shalom.
 
Gracias.