Presidente Piñera participa de evento paralelo de cara a la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno

20 ABR. 2021
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera participa, de manera telemática, del evento paralelo de la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno que se llevará a cabo el día 21 de abril en Andorra. El lema del evento es: “Reformar y fortalecer el sistema de salud mundial para una mejor respuesta ante futuras pandemias”. La actividad consiste en un panel en el que hablarán los Jefes de Estado y de Gobierno de España, Costa Rica, Portugal, Chile, Francia, y el anfitrión, Andorra.

Muy buenas tardes:
 
Señor Rey de España, señor Presidente de España, señor Primer Ministro de Portugal, mon ami Emmanuel Macron, Presidentes y Jefes de Gobierno, es un privilegio poder compartir esta reflexión.
 
¿Qué lecciones nos ha dejado la pandemia?
 
Primero, en cuanto a su origen, tenemos que tomar conciencia de lo importante y urgente que es retomar la causa del combate al calentamiento global y el cambio climático, porque ahí hay muchos factores que están afectando esta pandemia.
 
La destrucción de los hábitats para incrementar la superficie cultivable ha dejado a muchas especies fuera de sus ambientes naturales y han tomado contacto con otros animales y eso ha facilitado la transmisión y, a veces, la creación de enfermedades.
 
La lucha contra la deforestación y el cambio climático también es parte de la lucha contra las futuras pandemias.
 
Pero, además, la respuesta que hemos dado como sociedad deja dos enseñanzas principales.
 
Primero, la institucionalidad multilateral tiene que ser reforzada. El Reglamento Sanitario Internacional, a pesar de haber sido reforzado el 2005 después de la influenza H5N1, ha demostrado ser insuficiente. Y, además, necesitamos un nuevo tratado que nos permita una mejor preparación, enfrentamiento y superación de las futuras pandemias que vamos a enfrentar.
 
Todo eso está todavía pendiente y, en consecuencia, tenemos que estar muy atentos a mejorar la institucionalidad, tanto el reglamento de la OMS que es algo que podemos hacer con prontitud como este nuevo tratado para prepararnos mejor para prevenir, anticipar, enfrentar y superar estas pandemias.
 
Por otra parte, es muy importante también poder avanzar en reconocer que no hemos sido capaces de asegurarnos que la distribución de las vacunas sea una distribución eficaz, oportuna y equitativa. Porque lo cierto es que mientras no estemos todos seguros, nadie va estar totalmente seguro.
 
Y la segunda lección es que la humanidad ha respondido a esta pandemia en forma muy auspiciosa, porque cuando se ponen a disposición los recursos necesarios, la ciencia y la tecnología pueden avanzar y encontrar soluciones a una velocidad y una eficacia impensada.
 
Recordemos que, hasta antes de esta pandemia, el desarrollo de una vacuna tomaba de 10 a 15 años. En el caso del COVID-19 se redujo a menos de un año. Esto es un verdadero milagro científico que se logró, en parte, porque las naciones más afortunadas dispusieron de una gran cantidad de recursos, pero también porque la comunidad científica hizo algo que la comunidad internacional no lo ha hecho, que fue trabajar en forma coordinada, rápida y eficaz.
 
El 10 de enero del año 2020, sólo un par de semanas después de la aparición de los primeros casos de coronavirus, ya estaba disponible de manera pública la secuenciación genómica del virus y 11 meses después se aprobaba el uso de emergencia de la primera vacuna.
 
A veces, da la impresión que olvidamos que hace poco más de un año nos estábamos enfrentando a un virus que no conocíamos, no teníamos claro cómo se transmitía, era un virus frente al cual no teníamos remedios ni tratamientos ni vacunas. Ese virus era una total incógnita y en menos de un año la ciencia ya nos ha brindado muchas respuestas, incluso, a través de las vacunas, muchas soluciones.
 
La comunidad internacional, por otra parte, contaba con instituciones establecidas por años cuyo funcionamiento conocíamos bien y que, sin embargo, no fue capaz de dar las respuestas adecuadas a tiempo.
 
Si los Estados hubiesen compartido información, coordinación y esfuerzos y hubieran tomado las medidas con la misma velocidad y convicción con que lo ha hecho la comunidad científica, sin duda, la situación hoy día sería mucho mejor.
 
Pensemos solamente en las dos máximas o mayores potencias, China y Estados Unidos, que debieron haber colaborado y liderar la manera de enfrentar esta pandemia, se enfrentaron permanentemente y, en cierta forma, dejaron un vacío de liderazgo que tenemos que llenar con acuerdos internacionales vinculantes.
 
Por eso, conferencias como éstas, la que estamos teniendo hoy día, hasta la más íntima de las reuniones familiares, pasando por el trabajo, la educación, la salud, las ceremonias religiosas, se han adaptado a estas nuevas condiciones que ha impuesto esta pandemia.
 
Y nos hemos visto en la obligación de implementar soluciones tecnológicas que nos permitan seguir desarrollando nuestras vidas a pesar del COVID-19, y estas soluciones llegaron para quedarse.
 
Gracias a estas herramientas, por ejemplo, en mi caso, esta semana estoy participando en esta cumbre, de un encuentro de negocios en Colombia, en una cumbre sobre desarrollo económico en China, en una cumbre sobre cambio climático en Estados Unidos, son oportunidades que antes no teníamos.
 
Otra lección que hemos aprendido es que la tecnología, pese a todas sus ventajas, nunca va a reemplazar el contacto directo entre las personas y, sobre todo, entre las familias, entre los seres queridos y yo creo que ésta ha sido otra de las lecciones de la pandemia, la importancia de la familia.
 
Durante este año en que nos hemos visto privados de la posibilidad de reunirnos, abrazar a nuestros seres queridos, hemos aprendido la importancia de la familia. Y confío en que este aprendizaje definirá en forma más cercana la forma en que nos vamos a relacionar después que superemos esta pandemia.
 
Y, por último, la quinta lección es una lección de humildad. La humanidad ha sido capaz de crear armas nucleares que pueden destruir nuestro planeta muchas veces, hemos descubierto el secreto la nanotecnología, sin embargo, ha sido puesta en jaque por un virus invisible al ojo humano y que ha sido capaz de detener gran parte de nuestra actividad y de nuestras vidas, que nos ha obligado a encerrarnos en nuestros hogares.
 
Por eso, tenemos que aprender que la raza humana no es omnipotente, pero si se lo propone y actúa con solidaridad, con determinación y con coraje siempre ha sido capaz de superar los obstáculos que en un comienzo parecían imposibles de superar.
 
Por eso, hay muchas lecciones que sacar de esta pandemia y, ojalá, el mundo que construyamos de aquí en adelante sea un mundo mejor, un mundo más solidario, un mundo más tolerante, un mundo más inclusivo y un mundo más sustentable.
 
Si así fuera, esta pandemia nos enseñó cosas que van a mejorar nuestras vidas en el mundo.
 
Muchas gracias.