S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa del encuentro “En defensa de la democracia, lucha contra el extremismo”

24 SEPT. 2024
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S.E. el Presidente de la República, Gabriel Boric Font, participa del encuentro “En defensa de la democracia, lucha contra el extremismo”, organizado por el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el Presidente de España, Pedro Sánchez.

Muchísimas gracias, compañero Lula, compañero Pedro Sánchez.
 
Es una alegría estar con ustedes de nuevo. Con ambos hemos conversado tanto en Chile como en vuestros propios países y me alegra que se den estas instancias. Por favor, veamos una manera de darle continuidad, me voy a referir a ello al final de mi intervención.
 
Me gustaría partir haciéndome una pregunta no respecto de nuestros adversarios de la ultraderecha, sino respecto a nosotros mismos y por qué hoy los sectores progresistas también son puestos en duda por parte de la misma ciudadanía. Creo que hay algo que es muy importante que establezcamos en conjunto, que hay ciertas materias las cuales son avances civilizatorios en los que debemos tener una sola postura sin doble estándar. Las fuerzas progresistas se ven debilitadas cuando, frente a determinados conflictos, adquieren posturas titubeantes o en función de intereses o defensa de amistades mal entendidas o colores políticos, en vez de principios.
 
Permítanme, poner un ejemplo de lo que ha hecho la derecha. Cuando fue el intento de golpe de Estado en Brasil o cuando fue el intento de golpe de Estado en Estados Unidos por parte de Bolsonaro y Trump, la derecha en muchos de nuestros países dudó al comienzo si condenar o no esos intentos. Y cuando lo hizo en muchos lugares fue ambigua. Para justificar esa posición se escudaban en que, por nuestra parte, nosotros no éramos claros en la condena de otras violaciones a la democracia o a los derechos humanos.
 
¿Por qué traigo esto a colación? Porque me parece importante que, frente a conflictos que desgarran al mundo, seamos capaces de tener una sola posición conjunta los países progresistas. La violación de los derechos humanos, y esto es algo que creo que vale la pena insistir, no pueden juzgarse según el color del dictador de turno que los viole o el presidente que los viole, se llame Netanyahu en Israel o Nicolás Maduro en Venezuela, se llame Ortega en Nicaragua o Vladimir Putin en Rusia. Se autodefinan de izquierda o de derecha o lo que sea.
 
Desde los sectores progresistas, y para reivindicar la fuerza de la izquierda, tenemos que ser capaces de defender principios. Y en eso creo que hay veces en que fallamos porque no tenemos la misma vara para juzgar a quienes, se supone, son de nuestro lado. Eso en América Latina nos ha pasado mucho y nos ha hecho mucho daño, lo hemos conversado mucho con el presidente Lula, cómo la “Venezuelización” o cómo el tema de Venezuela en nuestra política interna ha causado un daño tremendo a la emergencia de las izquierdas.
 
Segundo, creo que es importante que reflexionemos en conjunto sobre ciertos temas que han tomado las derechas, que no tienen por qué pertenecerles ni nosotros debemos abandonar. En primer lugar, pongo uno que en Chile nos está afectando mucho, que es la seguridad. La seguridad ciudadana, la seguridad frente a la delincuencia, frente al crimen organizado no tiene por qué ser una política de derecha. Sí la seguridad es un derecho que habilita los otros derechos, sin seguridad no hay libertad, sin seguridad no hay justicia para los débiles, prima la ley del más fuerte.
 
Entonces, es posible tener una visión que no sea meramente punitivista, que no sea meramente mano dura frente a fenómenos como la delincuencia desde la izquierda y el progresismo. Y debiéramos ahí compartir las diferentes experiencias que hemos tenido en nuestros países que han funcionado.
 
La noción de patria. ¿Por qué hoy en nuestros distintos países las ultraderechas se adjudican las identidades nacionales? Nosotros estamos también orgullosos de nuestras identidades nacionales y defendemos la esencia de las identidades nacionales que no se limitan sólo a los símbolos, sino que son su gente, sus pueblos y ahí también hay una disputa cultural que dar.
 
El tema de la migración. ¿Cómo, en conjunto, con solidaridad, damos una respuesta global o regional, al menos a los problemas migratorios? En Europa lo han vivido y es un desgarro grande para los líderes progresistas la migración que tienen del África subsahariana, de Siria o de otros países. En América Latina lo estamos viviendo y la derecha responde con xenofobia que es un discurso que prende muy fácil.
 
¿Cómo respondemos nosotros? No podemos responder sólo con buenismo, tenemos que responder solucionando el problema y entendiendo los miedos de la población, sin caer en la xenofobia.
 
Esos temas de los que puse tres ejemplos, seguridad, identidad nacional y migración, son temas que desde la izquierda o desde los progresismos hemos dejado de lado o nos hemos adecuado al discurso que ha puesto la derecha; creo que tenemos que reflexionar más sobre eso.
 
Tercero, creo que es muy importante que, en conjunto, empujemos políticas de regulación de la inteligencia artificial. ¿Por qué menciono esto? Porque la inteligencia artificial, en la medida en que funcione sobre bases de datos que reproducen los sesgos existentes, va a terminar por exterminar ya sea culturas o minorías que no son parte de los sectores hegemónicos de la sociedad y nosotros como líderes progresistas tenemos el deber de defender a esos excluidos que van a quedar doblemente excluidos con la inteligencia artificial, si es que no hacemos modificaciones a esas regulaciones o si es que no regulamos ¿O vamos a confiar en que las empresas lo hagan?
 
Miren lo que ha pasado en Brasil en la disputa abierta que ha habido entre el Gobierno de Brasil en que el Presidente Lula sacó ¿Cuántos millones de votos millones de votos? Y un tipo que tiene mucha plata cree que puede venir a doblarle la mano a la legislación. Eso es inaceptable y para eso tenemos que unir también más fuerza.
 
Voy terminando estas reflexiones diciendo que concuerdo plenamente con algo que decía Pedro, que es la lógica del internacionalismo. Hoy, estos grupos de ultraderecha que se definen tan nacionalistas tienen una coordinación muy superior a la que estamos teniendo nosotros, muy superior. Lo que ha hecho Steve Bannon con sus diferentes sucursales a nivel regional, donde presidentes van a países y no se reúnen con sus pares, sino que se reúnen con los líderes de ultraderecha, es una cuestión que tiene que llamarnos a reflexión. No digo que nosotros nos comportemos como ellos, no somos como ellos, no debemos ser como ellos, pero debemos tener más coordinación.
 
Entonces, si queremos darle seguimiento a una reflexión más profunda, que vaya más allá de los pocos minutos que tenemos que hablar de esto, y logremos sacar una reflexión de continuidad, tomémoslo en serio.
 
Hace no tanto tiempo, y con esto termino, en la Cumbre CELAC-UE tuvimos un encuentro que, si mal no recuerdo, organizó Pedro, en el que también hablamos de continuidad y este sería la continuidad de ese momento, pero ¿cómo damos un trabajo permanente entre estas instancias?
 
Yo les propongo y quedo a disposición, a propósito de la interpelación que me hiciera el Presidente Lula, de juntarnos en Santiago con los liderazgos de los países progresistas y también con los partidos que sostienen nuestros gobiernos para intercambiar las buenas experiencias en políticas públicas como las Bolsas de Familia del Presidente Lula, como el aumento del salario mínimo que hemos hecho en Chile y en España, las diferentes leyes laborales o la discusión que ha habido en Francia, por ejemplo, respecto al aborto y que lleguemos a acuerdos que hagan que hacia fuera se vea que estamos unidos y que, de hecho, lo estemos.
 
Si está la disposición para, efectivamente, ir y juntarse, yo pongo la casa y Santiago de Chile está disponible para una cumbre de liderazgos progresistas a nivel mundial.
 
Muchísimas gracias a todos y a todas.