Presidente Piñera entrega condecoración a fuerzas de seguridad

5 MAR 2019
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, encabeza la entrega de la condecoración “Presidente de la República” en el grado de Gran Oficial a representantes del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, Carabineros y Policía de Investigaciones.

Muy buenas tardes:
 
Señores Ministros, señores Generales, Almirantes, Prefectos.
 
Mientras escuchaba las palabras de introducción, y miraba este Palacio de La Moneda, pensaba en algunas coincidencias entre este Palacio de La Moneda y lo que son nuestras Fuerzas Armadas y de Orden.
 
Éste es un palacio noble, sobrio, que refleja muy bien los valores de nuestra República. Y si pienso que nuestras Fuerzas Armadas, también a lo largo de su historia han demostrado esos mismos valores, la nobleza, la austeridad, el compromiso.
 
Por esa razón, en nuestro primer Gobierno establecimos una hermosa tradición, o restablecimos una hermosa tradición, que en ésta, la casa de todos, el Palacio de La Moneda, tuviéramos la oportunidad de reconocer, apreciar, valorar y agradecer lo que significa una vida entregada al servicio a la Patria, como es la opción que ustedes tomaron hace muchas décadas, y que hoy día coronan con su ascenso a los más altos cargos en el mando de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, y además al recibir una condecoración sencilla pero simbólica, la Condecoración “Presidente de la República”.
 
Quiero saludar con especial aprecio y gratitud a los 62 Generales y Almirantes de nuestras Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile, y a los Prefectos Inspectores de la Policía de Investigaciones, que han ascendido al grado de Oficial General, y que recibirán hoy día la Condecoración “Presidente de la República”.
 
Hace muchas décadas, 30 años atrás, probablemente ustedes recuerdan todavía con nostalgia y emoción cuando tomaron una decisión que reflejaba una profunda vocación, pero también un profundo amor por la Patria.
 
No es fácil ser militar, ser marino, ser carabinero o ser parte de la Policía de Investigaciones o de nuestra Fuerza Aérea, porque requiere un compromiso total, uno prácticamente abandona muchas otras causas de la vida por ser fiel y leal a la Carrera Militar.
 
Y también quiero agradecer a sus familias, porque si bien ellas no fueron las que tomaron esta opción, si han tenido que acompañarlos con cariño, con lealtad a lo largo de estos 30 años de vida, sin cuyo aporte, soporte, cariño y comprensión, probablemente no estarían hoy día ascendiendo a los más altos cargos dentro de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden.
 
Porque muchos son los llamados, pero pocos son los elegidos. Cuando ustedes ingresaron, muchos de sus compañeros que tenían la misma vocación y las mismas aspiraciones no lograron llegar a lo más alto de la carrera. Esto fue un proceso en que ustedes fueron demostrando, a lo largo de las becas, sus valores, sus talentos, su compromiso, su vocación.
 
Porque, al final y al cabo, no hay vocación más noble que dedicar la vida al servicio de la Patria, lo cual sabemos es un camino difícil, exigente, pero también un camino hermoso y que llena de satisfacciones.
 
Por eso, hoy día, como Presidente de la República y Presidente de todos los chilenos, quiero, de verdad, reconocer, apreciar y valorar, cosa que en Chile muchas veces no hacemos, sino hasta que es ya demasiado tarde, reconocer, apreciar, valorar y agradecer por lo que han hecho y por los sacrificios, esfuerzos, compromisos y fidelidad con que han asumido esta Carrera Militar o en nuestras Fuerzas de Orden.
 
Ustedes saben muy bien que obedecer no es fácil, se requiere humildad, se requiere paciencia, se requiere, muchas veces, resignación.
 
Pero, también, ustedes saben -y lo van a saber a partir de ahora, mejor que nunca- que mandar es mucho más difícil aún. El verdadero mando no está solamente en los galones, en los grados o las charreteras, el verdadero mando es cuando las personas que ustedes tienen que mandar reconocen en ustedes virtudes, compromiso, dedicación, justicia, nobleza.
 
Probablemente, los marineros que siguieron a Arturo Prat o los soldados que siguieron el llamado de Ignacio Carrera Pinto no lo hicieron por el grado que tenían, sino que por el testimonio que ellos habían dado, que genera más compromiso y más lealtad que una simple subordinación en la estructura militar.
 
Las palabras incentivan, los ejemplos arrastran y yo sé que ustedes van a tener que ejercer el mando pensando, no solamente en que tienen un grado que les permite que ejercerlo, sino que, también, en ganarse la confianza, el aprecio, el cariño, la admiración de sus subalternos.
 
Y por esa razón está Condecoración “Presidente de la República”, que es una tradición republicana reservada a esta dedicación y esfuerzo que ustedes han mostrado, es algo que para mí tiene una gran significación.
 
Lo he dicho muchas veces, necesitamos Fuerzas Armadas con capacidad disuasiva para poder prevenir cualquier intento de agredir nuestro territorio, soberanía e integridad física y, también, necesitamos Fuerzas Armadas comprometidas con los tiempos de paz como lo han demostrado, no solamente las Fuerzas Armadas, sino que, también, Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones durante este verano en que, por razones que a veces nos cuesta comprender, la naturaleza nos golpeó con mucha fuerza.
 
Terremoto en Coquimbo, inundaciones en las regiones del norte, incendios en las regiones del centro y del sur. Yo pude visitar todas las regiones afectadas y en todas y cada una de ellas pude ver con mis propios ojos la dedicación, el compromiso, el sacrificio que han puesto nuestras Fuerzas Armadas y de Orden para ayudarnos a superar la adversidad.
 
Ayudar a las víctimas, ayudar a prevenir y salvar vidas, ayudar a reconstruir lo que la naturaleza destruyó. Y por esa razón me siento profundamente orgulloso de nuestras Instituciones Armadas y de Orden.
 
Y hoy día quiero expresarles, y yo sé que interpreto a la inmensa mayoría de nuestros compatriotas, nuestro cariño y nuestro aprecio, a ustedes y a sus familias, pero, también, decirles que éste no es el fin, mientras más alto se llega en la pirámide del mando, mayores son las responsabilidades, mayores son las exigencias, mayores son las virtudes que ustedes van a tener que mostrar.
 
Y por eso, para expresar en forma poética, recordando a la gran Gabriela Mistral, lo que ustedes significan para muchos chilenos, quiero decirle “gracias a los que velan desvelándose, a ustedes, que muchas veces sin saberlo, son los guardianes de nuestros sueños y la conciencia de nuestra ciudad”.
 
Muchas gracias.