Presidente Piñera participa de conferencia "Chile en Marcha"

14 DIC. 2018
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S.E. el Presidente de la República, Sebastián Piñera, junto al Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, participa de la conferencia "Chile en Marcha: un análisis del camino al desarrollo". En el encuentro también participarán el Premio Nobel Robert Engle y el destacado economista Nouriel Roubini, entre otros. 

Buenos días:
 
Me gustaría dar la más calurosa bienvenida a todos nuestros amigos que vienen desde diferentes partes del mundo, y muy especialmente a Larry Kotlikoff, que fue mi compañero en Harvard, hace 40 años. En varias ocasiones, él se ocupó de mi hija “Manena”.
 
Permítanme compartir con ustedes nuestras perspectivas respecto a lo que está pasando con nuestra economía, y voy a cambiar a español.
 
La meta, el desafío que nos hemos fijado como país, es transformar a Chile en un país desarrollado, sin pobreza, con oportunidades para que todos desarrollen sus talentos, y con seguridades, para que todos puedan vivir su vida con dignidad. Y así puedan tener una vida más plena y más feliz.  Ésa es nuestra misión, la misión de nuestra generación.
 
Y para alcanzar esa misión, sin duda, hay que saber y conocer muy bien cuál es el punto de partida.
 
En los últimos 30 años Chile ha avanzado en forma muy notable, como se muestra con este cuadro. El país tiene frente a sus desafíos futuros, tres grandes opciones: una es recuperar la capacidad de crecimiento y el dinamismo que tuvimos; mantener la capacidad del dinamismo que hemos tenido en los últimos tiempos; o volver a lo que fue el promedio de los últimos cuatro años.
 
Y ustedes ven con mucha claridad que ésas tres curvas llevan a destinos muy distintos. En un caso, podemos ser desarrollados antes que termine la próxima década, incluso pasar más allá, y alcanzar el nivel que tienen hoy día países como Australia.
 
En el segundo caso, también vamos a alcanzar el desarrollo, un poco después del término de la próxima década, y alcanzar lugares que tienen países como Portugal.
 
En el tercer caso, el desarrollo se pierde en el horizonte y deja de ser una meta factible para nuestra generación.
 
Y por eso es tan importante cuál es la tasa de crecimiento que queremos para Chile.
 
El primer caso, el caso optimista, es un 4,5%, cosa que Chile sí puede lograr, y lo ha logrado y lo ha superado en el pasado; en el segundo, es un crecimiento del 3%; y el tercero es un crecimiento del 1,5%, que fue la tasa de crecimiento que tuvimos el año pasado.
 
En consecuencia, sin duda, Chile tiene por delante un tremendo desafío, el camino no está asegurado, el puerto de destino no está asegurado y va a depender esencialmente de nosotros.
 
La verdad es que los países son los principales determinantes de su futuro y al lugar donde quieran llegar. Cada país tiene que decidir con claridad dónde quiere llegar y qué esfuerzo, qué compromiso está dispuesto a hacer para lograrlo.
 
Aquí tenemos la evolución de las economías más importantes del mundo en los últimos 60 años. Vean ustedes cómo las posiciones van cambiando en forma dramática. Esto no es una situación estática, predeterminada o escrita con letras de fuego en el Cielo. Depende de lo que haga cada uno de los países.
 
Y la principal conclusión que podemos sacar de este cuadro, es que un país como Argentina, que estaba entre los países más ricos del mundo, simplemente se cayó de la tabla, y que un país como China, que estaba entre los países más pobres del mundo, logró alcanzar la segunda posición y amenaza con alcanzar la primera.
 
Lo mismo ocurre en América Latina. Si ustedes ven, ésta es la evolución de los países de América Latina en los últimos 50 años, y van a ver el dinamismo en las posiciones relativas, y podemos concluir, como principal lección de este cuadro, en que un país como Venezuela, que estaba en el primer lugar de Ingreso Per Cápita en América Latina, hoy día prácticamente está en el último lugar, y que un país como Chile, que estaba en la parte baja de la tabla, ha logrado conquistar el primer lugar.
 
Y esto se refleja con claridad en este cuadro. Hace 30 años Chile estaba en la medianía de la tabla, con un Ingreso Per Cápita que no alcanzaba los US$ 5 mil.  Venezuela nos duplicaba y encabezaba la lista en América Latina. Treinta años después el cuadro ha cambiado dramáticamente y Chile encabeza el cuadro, y vean ustedes cómo Venezuela, que nos duplicaba, hoy día tiene menos de la mitad del Ingreso Per Cápita de nuestro país.  
 
Lo cual muestra, en forma fuerte y clara, que lo importante no es tanto el punto de partida; lo importante es la misión que nos autoasignamos como países, como generación, y la voluntad y la fuerza para seguir el camino que nos permita llegar y alcanzar esos logros o esas metas que nos hemos fijado.
 
Aquí tenemos también un cuadro que refleja tal vez lo más importante de la última encuesta CEP, y que pasó bastante desapercibido.  Vemos aquí que en la última encuesta CEP, del año 2018, el 79% de los chilenos se declara muy feliz o bastante feliz. Y, tal vez, eso resume todo lo demás.
 
Y vean ustedes que esta situación no era equivalente antes. Hemos tenido un enorme progreso en los indicadores de felicidad que se autoasignan o se autoevalúan los propios ciudadanos chilenos.
 
Y por eso quiero decir que aquí no hay un divorcio entre felicidad y progreso, en la medida que entendamos bien qué tipo de progreso queremos para nuestro país.
 
Por eso, cuando hablamos de desarrollo siempre hablamos de un desarrollo integral, inclusivo y sustentable, no cualquier desarrollo.  Integral no es solamente lo material, también tiene que ver con el tipo y la calidad de la democracia, las instituciones, la convivencia, la seguridad ciudadana, la cultura, el deporte.
 
Cuando hablamos de desarrollo inclusivo, estamos diciendo que queremos que el desarrollo llegue de verdad a todos los hogares de nuestro país y que nadie se quede fuera.
 
Y cuando hablamos de desarrollo sustentable, es un desarrollo armonioso, amistoso, respetuoso, no solamente del medio ambiente, sino que también de las generaciones que vendrán.
 
Un Presidente americano dijo que “somos la primera generación que estamos sintiendo los efectos del cambio climático”, y agregó, “pero también somos la última generación que puede hacer algo para evitar que esto se transforme en una tragedia”.
 
En consecuencia, la historia reciente nos muestra que hemos tenido un período realmente notable en materia de desarrollo del país en los últimos 30 años, ya vimos las cifras económicas, pero también en los otros frentes. Durante los últimos 30 años no solamente alcanzamos la primera posición de desarrollo humano de Ingreso Per Cápita, sino que también -y todos lo sabemos- recuperamos nuestra democracia en forma ejemplar, aumentamos los niveles de felicidad, logramos consolidar una clase media muy pujante y fuerte, logramos reducir la pobreza a niveles que son la quinta parte de lo que teníamos en esa época.
 
Pero además de eso, y  muy importante, en los últimos 4 años Chile creció menos que el mundo, y también la deuda bruta de nuestro país prácticamente se duplicó; a eso podríamos agregar muchas cosas más, como que el crecimiento  de la economía chilena estuvo por debajo del promedio de América Latina, como que la capacidad de crear empleos se deterioró; la inversión y la productividad cayeron en términos absolutos; además de eso, también vimos cómo de un período de crecimiento de 5,3% caímos prácticamente a la tercera parte; cómo se debilitó la creación de empleos; cómo la inversión, que venía creciendo con mucha fuerza se transformó en una fuerza negativa; la productividad, que era un motor que empujaba, se transformó en un lastre que detiene; el déficit fiscal creció en forma insostenible; y la deuda pública prácticamente se duplicó.
 
Ése fue un período de “vacas flacas” y un período de estancamiento.
 
Y por eso que una de las principales tareas de nuestro Gobierno es precisamente recuperar el tiempo perdido y poner a la economía chilena nuevamente en marcha.
 
Y aquí quisiera ver un cuadro que muestra cuáles son las grandes tareas que este Gobierno se ha asignado en los primeros 9 meses, en que hemos tenido la responsabilidad y también el privilegio de dirigir los destinos de nuestro país.
 
Lo primero fue hacernos cargo de urgencias, que estaban largamente desatendidas y postergadas, y que no permitían seguir ignorándolas.
 
Una de ellas fue poner a los niños primeros en la fila; una profunda modernización en nuestras policías; poner orden en nuestra casa en materia de migración; y dar un gran salto adelante a lograr una absoluta y total igualdad de dignidad, deberes y obligaciones entre hombres y mujeres.
 
Pero además de esas 4 urgencias, pusimos en marcha, desde el primer día, Acuerdos Nacionales, para poder convocar, unir y sumar fuerzas en torno a grandes prioridades que los chilenos venían manifestando hacía mucho tiempo. 
 
Y se pusieron en marcha las mesas de trabajo para lograr Acuerdos Nacionales en Infancia, Seguridad, La Araucanía, Desarrollo Integral y Salud: 4 de esas mesas ya terminaron su trabajo, y ya nos entregaron sus resultados y sus conclusiones, y el 84% de las recomendaciones que recibimos de esas mesas de unidad nacional, están implementadas o en pleno proceso de implementación.
 
Pero no era solamente hacernos cargo de la urgencia, promover grandes Acuerdos Nacionales. También era fundamental preparar reformas y modernizaciones absolutamente necesarias para fortalecer y recuperar el liderazgo y el dinamismo de la sociedad y de la economía chilena, en todos los campos.
 
Y por eso hemos trabajado en una modernización tributaria, una modernización laboral, la reforma a las pensiones, la reforma educacional, la reforma a la salud pública y privada.
 
En lo primero, el objetivo no es recaudar más.  Queremos una reforma que sea neutral desde el punto de la recaudación. Y por esa razón estamos con un pequeño superávit en la reforma tributaria, porque sabemos que tenemos que pasar por el Congreso, donde esperamos que quede definitivamente equilibrada.
 
Pero a lo que apunta es a simplificar el sistema tributario, a promover el crecimiento, la inversión, la innovación, el emprendimiento, la productividad.
 
La reforma laboral no busca precarizar los derechos de los trabajadores, que es lo primero que surge en las mentes de algunos, cuando uno pretende plantear la idea de modernizar la legislación laboral. Todo lo contrario, lo que busca es facilitar y promover la creación de empleos. Lo que busca es hacerse cargo que el 50% de los trabajos en Chile ya están amenazados por la robótica y que la revolución tecnológica destruye y crea empleos, y los países tienen que pensar de qué lado quieren estar, donde se destruyen o donde se crean los empleos.
 
Y para eso es fundamental tener una legislación laboral que sea pensando en los próximos 30 años, y no que se quede pensando en lo que pasó o no pasó en los 30 años que ya son historia.
 
Y busca también compatibilizar mejor el mundo del trabajo con el mundo de la familia, con el mundo de los amigos, del deporte, y todo el amplio espectro de intereses de los seres humanos.
 
Y, por último, la reforma a las pensiones va a mejorar las pensiones de todos los chilenos, pero en forma más rápida, con más énfasis y con mayor intensidad, de tres grupos: los más vulnerables, las mujeres y la clase media.
 
La reforma educacional es fundamental porque en Chile algunos dicen “ya se hicieron todas las reformas”; es verdad, se han hecho muchas reformas en materia educacional, pero la más importante de todas, la que va a hacer la diferencia, la madre de todas las batallas, que es la reforma para mejorar la calidad de la educación está aún pendiente.
 
Y por eso esta reforma, que se expresa en “Todos al Aula”, busca mejorar la calidad de la educación en todos los niveles, pero en forma muy especial en la educación temprana y en la educación técnico- profesional.
 
La reforma a la salud pública y a la salud privada que enviaremos al Congreso los próximos días, apunta a facilitar el acceso, mejorar la calidad y lograr un sistema de salud que permita a las personas que están enfermas tener ese acceso digno, oportuno y de calidad. Y en esto, además de los programas en materia de infraestructura hospitalaria, de formación de médicos especialistas, de tecnología, tal vez lo más importante de la reforma es poner al servicio de la salud de los chilenos los grandes progresos tecnológicos que están ocurriendo en el mundo.
 
Y por eso, tal vez, el aspecto más importante de esta reforma es el Hospital Digital, que es simplemente una unidad de inteligencia artificial, que tiene un banco de datos donde van a estar las fichas médicas y las historias clínicas de todos los chilenos.
 
Otro banco de datos en que va a estar todo el conocimiento que se ha acumulado en el mundo en materia de diagnósticos y tratamientos de las distintas enfermedades, y la inteligencia artificial al conectar ambas va a permitir tener diagnósticos y tratamientos mucho más rápidos, más certeros y más efectivos, que vamos a poder difundir a través de las redes, y utilizando los mecanismos de comunicación modernos para que todos los habitantes de nuestro país puedan tener acceso a esta información, a los médicos especialistas de mejor calidad, a los mejores diagnósticos y tratamientos.
 
Finalmente, también tenemos otras reformas en las cuales estamos trabajando, pero yo quisiera centrarme simplemente en mencionarlas. Además de las que hemos mencionado, que ya están ahí puestas, hay muchas más:
 
La Agenda Pro-Inversión GPS, donde hemos identificado más de US$ 60 mil millones, de proyectos de inversión que están trabados en alguna parte de la burocracia del Estado o de la sociedad, y que cuando se pongan en marcha, como se están poniendo en marcha, por ejemplo, el proyecto SUMA Arauco, que son US$ 4 mil millones en Arauco, o el proyecto “Quebrada Blanca II”, que son de una cifra equivalente, van a permitir crear más de 330, 340 mil nuevos empleos;
 
El proyecto OPEN, que es la Agenda de Productividad, que consiste en revisar nuestras leyes, nuestras regulaciones, y todo aquello que traba o significa cuellos de botella, a la productividad en nuestro país;
 
La Modernización del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental;
 
La Modernización del Estado;
 
El nuevo Sistema de Transporte Tercer Milenio. Ayer presentamos en sociedad los primeros 100 buses eléctricos, y a partir del 1°de enero Santiago, después de las ciudades chinas, va a ser la ciudad con más buses eléctricos en el mundo. Y eso significa un cambio copernicano en la calidad del transporte público en nuestro país.
 
Y si a eso sumamos la licitación que viene, va a significar un cambio y ayer lo dijimos: es el comienzo del fin del Transantiago y las primeras etapas de un nuevo sistema de transporte público Tercer Milenio, que va a llegar a todas las regiones del país, y que va a incorporar lo mejor de la tecnología, satisfaciendo los anhelos, los merecimientos y las necesidades de los chilenos;
 
Tenemos también la Ruta Energética. Hoy día el 92% de los proyectos de energía que se están desarrollando en Chile, son energías renovables no convencionales, con lo cual estamos ya cumpliendo un tercio de la auto-meta que nos fijamos en el Acuerdo de París, que es reducir entre 30% y 45% las emisiones de gases de efecto invernadero al año 2030;
 
Y, por supuesto, un cambio muy radical en materia de infraestructura que tiene que ver con una renovación y una recuperación del tiempo perdido en puertos, aeropuertos, carreteras, embalses y muchas cosas más.
 
Veamos cuáles han sido los principales resultados que hemos logrado hasta el momento.
 
Mientras todas las estimaciones que hacen los organismos internacionales durante este año han ido a la baja, aquí estamos basándonos en el Fondo Monetario Internacional y también en el WEO, el mundo, las economías avanzadas, las economías emergentes, las economías de América Latina, sólo han experimentado reducciones en sus expectativas de crecimiento durante este año, salvo Chile, que ha experimentado un crecimiento para la expectativa de crecimiento de este año y también la expectativa de crecimiento del año que viene.
 
Ahora, no es solamente las reformas grandes que hemos puesto arriba la mesa, también estamos trabajando la sala cuna universal, para que todos los hijos de mujeres trabajadoras tengan garantía de acceso a una sala cuna y, por tanto, poder paliar, mitigar las diferencias de origen y permitir que las mujeres puedan compatibilizar mejor el mundo del trabajo con el mundo a la familia;
 
El pago a 30 días a las pequeñas y medianas empresas, que fue aprobado en el Congreso en estos últimos días;
 
El Consejo Fiscal Autónomo, para poder tener una política de responsabilidad fiscal que sea permanente, que sea un compromiso país;
 
La Reforma a los Notarios, Conservadores y Archiveros, para simplificarles la vida a los ciudadanos y abaratarles el costo de los trámites que deben pasar por notarías;
 
La Ley de Bancos, ya aprobada;
 
La nueva Ley Orgánica de la Contraloría General de la República;
 
El proyecto “Compromiso País”, que nos permitió identificar 16 grupos vulnerables y, por tanto, fijar políticas especiales para que esos 16 grupos se puedan incorporar al tren del desarrollo y no vean cómo el tren avanza y ellos se van quedando a la vera del camino;
 
La Red Clase Media Protegida, que busca proteger, ayudar, acompañar y apoyar a la clase media cuando enfrente los accidentes en el ciclo de la vida, como la pérdida del trabajo, una enfermedad grave, un acto de la delincuencia, una tercera edad extendida o el costo de la educación superior de los hijos;
 
La nueva Política de Migración;
 
El énfasis en la integridad pública, Transparencia 2.0, que va a ser un principio general porque el mejor antídoto contra la corrupción y contra la ineficacia o la indolencia es la transparencia, las personas se comportan mejor cuando saben que están bajo la luz del Sol o cuando saben que van a estar bajo la luz del Sol. No hay mejor policía que el alumbrado público; no hay mejor desinfectante que la luz solar.
 
Y, por supuesto, el gran proyecto de integración social, porque sabemos que nuestras ciudades están tremendamente desintegradas, desarraigadas. Y el esfuerzo por integrar y que puedan vivir en forma más armoniosa, personas de distintos grupos socioeconómicos, es parte de las prioridades de nuestro Gobierno.
 
Bueno, ahora, ¿qué pasa con el crecimiento potencial de nuestro país? el crecimiento potencial, la capacidad de crecer con equilibrio y en forma sólida durante largos períodos de tiempo, es un factor fundamental. Lo teníamos en 4,3%, cayó a 3%, ahora se ha recuperado hasta un 3,2%, pero ahí tenemos que hacer un salto muy fuerte.
 
Y ésas no son políticas de corto plazo, ésas son políticas que tienden a cambiar estructuras, a modernizar instituciones, a aumentar la productividad, a levantar cuellos de botella y a sacar lo mejor de las personas, desatar las fuerzas de la libertad, de la creatividad, de la imaginación, de la innovación, del emprendimiento que muchas veces el Estado en lugar de promoverlas, las asfixia, es parte de nuestro esfuerzo por potenciar nuestra capacidad de crecimiento potencial.
 
Bueno éstos son algunos comentarios muy objetivos que hacen los organismos multinacionales sobre la economía chilena, ustedes los pueden ver.
 
Recurro a mí prodigiosa memoria, ¿qué es lo que hemos logrado en este primer año? Este año la economía chilena va a crecer 4%, casi 3 veces más que el año pasado, más que el promedio de América Latina, más que el promedio del mundo y vamos a estar en los primeros lugares de los países de la OECD.
 
Pero además de eso, vamos a lograr una recuperación muy importante para el crecimiento potencial, en dos factores fundamentales: la inversión, que sólo cayó en los últimos 4 años, este año va a crecer en torno al 6%; y la productividad, que sólo cayó en los últimos 4 años, este año va a crecer en torno al 1,8%. Y ésos son motores que nos permiten anticipar que vamos a ser capaces de elevar el crecimiento potencial no solamente este año y el próximo, sino que durante el largo período que tenemos y el camino que recorrer para ser un país desarrollado y sin pobreza.
 
Pero eso no es todo, también en materia de creación de empleos, vamos a llegar una cifra del orden de los 140 mil nuevos empleos, pero lo importante es la calidad de los empleos. Este año, los empleos asalariados, que tienen mejor remuneración, más estabilidad, previsión social, van a crecer en torno a los 75 mil; el año pasado cayeron en torno a 65 mil.
 
Y, por otra parte, una cosa muy motivante: este año la sociedad chilena va a crear más de 127 mil nuevas empresas, la cifra más alta de creación de empresas desde que se lleva registros de esta situación.  
 
Pero hay otros elementos que también son muy importantes. Mucha gente dice “bueno, este crecimiento está muy bien, pero no está llegando”. Yo me pregunto ¿quién está comprando las viviendas que han permitido un récord de venta de viviendas en nuestro país? ¿quién está comprando los automóviles que ha permitido un récord de venta de automóviles en nuestro país? ¿quién está haciendo los viajes de turismo dentro de Chile, que este año va a batir todos los récords de turismo al interior de nuestro país, y también hacia el exterior de nuestro país? ¿quién está comprando los bienes durables que están también marcando récord de venta en el comercio de nuestro país?
 
Y, por tanto, esa idea de que la economía está bien, pero las personas están mal, es algo de la cual hay que mirar con mucha profundidad. Lo que puede pasar es que la distribución de ese crecimiento y de ese desarrollo no esté bien.
 
Y yo les puedo decir que la última encuesta CASEN, que mostró lo que pasó en el período 2015-2017, mostró tres cosas:
 
Primero, que la capacidad de reducir la pobreza en nuestro país, se había reducido significativamente;
 
Segundo, que la pobreza multidimensional estaba estancada;
 
Y tercero, que los niveles de desigualdad estaban creciendo.
 
Eso fue el resultado que nos mostró la encuesta CASEN. Y, por tanto, tenemos que tener plena conciencia que el desarrollo debe ser inclusivo.
 
Por esa razón, estamos haciendo un esfuerzo gigantesco por lograr, a través de todas reformas y políticas, que el crecimiento llegue y llegue en forma muy especial a los sectores más vulnerables y a la clase media de nuestro país.
 
Finalmente, solamente menciono: hacia adelante tenemos formidables desafíos, el cambio climático; el calentamiento global; el envejecimiento de la población, Chile es de los países que están envejeciendo con mayor rapidez en el mundo, porque la tasa de natalidad cayó desde 5,6 hijos por mujer en los años 60 a 1,7, que ni siquiera permite reponer la población de Chile y porque la expectativa de vida de nuestro país supera a la de Estados Unidos. Y esos dos efectos están produciendo un fenómeno de envejecimiento de la población que presenta desafíos no solamente en el tema de las pensiones, la salud, la integración, las ciudades, la actividad.
 
Y, por supuesto, tenemos un gran aliado para enfrentar estos dos grandes problemas, que es la revolución tecnológica.
 
Yo quiero terminar estas palabras contándoles que hace unos meses, tuve el privilegio de ir un pequeño pueblo, que se llama Sun Valley, en el Estado de Idaho, donde se juntan los grandes innovadores, los grandes emprendedores y tuve la oportunidad de tener reuniones de trabajo, largas y las preparamos con mucha profundidad, con personas como Jeff Bezos, el líder y creador de Amazon; con Mark Zuckerberg, de Facebook; con Tim Cook de Apple; y con mucho más. Y la verdad es que lo que viene en materia de revolución tecnológica y lo que puede significar para ayudarnos a enfrentar estos desafíos y cambiar para mejor nuestras vidas, es formidable.
 
Y la pregunta que yo quiero hacerme para terminar esta presentación: ¿estamos preparados para enfrentar esta revolución tecnológica, que es mucho más profunda la que ya conocimos de los últimos 20 o 30 años? O más modestamente ¿nos estamos preparando? ¿las reformas que hemos hecho, tributaria, laboral y todas las formas en que enfrentamos las reformas, están pensando en ese mundo que viene o estamos todavía pensando en un mundo que ya se fue?
 
Por eso yo creo que, tal vez, el gran desafío y la gran misión que tenemos es no esperar que esta ola llegue, porque va a llegar con o sin nuestra voluntad hasta que nos revuelque, sino que prepararnos para subirnos arriba de ella, usar su fuerza en nuestro beneficio, como hacen los surfistas con las olas.
 
Y eso tiene que ver esencialmente con dos cosas: con la calidad de la educación y con la unidad nacional.
 
Por eso termino diciendo que para poder ser un país desarrollado, vamos a tener que unir fuerzas, porque “las casas divididas -como decía Abraham Lincoln- no llegan a ninguna parte”, y porque la historia nos ha enseñado que cada vez que Chile dedica sus mejores fuerzas a una lucha fratricida entre nosotros mismos, hemos cosechado nuestras más amargas derrotas; y cada vez que nos hemos unido detrás de causas nobles, como por ejemplo la recuperación de la democracia, hemos conquistado nuestros más hermosos triunfos.
 
Muchas gracias.