El 11 de septiembre de 1973 es un día que nos recuerda muchos hechos trascendentes y de distinta naturaleza.
1. El término del gobierno de la Unidad Popular, que había conducido a Chile a una crisis sin precedentes de carácter político, económico y social.
2. El inicio del régimen militar, con todas sus secuelas graves, reiteradas e inaceptables violaciones a los DDHH.
3. El quiebre de nuestra democracia, que venía enferma de violencia, descalificaciones y odiosidades entre ciudadanos de nuestra patria.
Frente a esta situación tenemos dos opciones:
a. Seguir enfatizando esas diferencias y profundizando las divisiones entre los chilenos. Ese no es el mejor camino. No tenemos derecho de legarles a nuestros hijos los mismos odios y divisiones que tanto daño causaron en el pasado.
b. Aprender de nuestra historia para iluminar los caminos del futuro. Este el camino correcto, porque nos permitirá avanzar, con mayor fuerza y seguridad, hacia el logro de nuestros objetivos.
¿Cuáles son esas enseñanzas? Sin duda son muchas pero destaco 3.
1. El respeto, en todo tiempo, lugar y circunstancia, de los DDHH de todos, es una condición absolutamente indispensable.
2. Desterrar absolutamente la violencia como instrumento de lucha en la política.
3. Valorar y practicar el diálogo, la colaboración, la búsqueda de acuerdos, la amistad cívica y la sana convivencia, como elementos fundamentales para la salud de nuestra democracia y la buena marcha de nuestro país.
Igual como el quiebre de la democracia el año 73 constituyó un gran fracaso de toda una generación, la forma en que recuperamos y consolidamos nuestra democracia e impulsamos 3 décadas de gran progreso económico y social fue un gran triunfo de nuestra generación.
Como Presidente de todos los chilenos, estoy seguro que todos amamos a nuestra patria y todos queremos lo mejor para nuestros hijos, y sus hijos y los que vendrán. Esto exige privilegiar lo que nos une que es mucho más que lo que nos separa.
Por estas razones convoco a todos mis compatriotas a reflexionar con serenidad y buena voluntad sobre las causas y consecuencias del 11 de septiembre de 1973, a aprender de las lecciones y enseñanzas que los errores del pasado nos han entregado, y a actuar siempre con total apego y respecto a los valores de la democracia, el valor de nuestras instituciones, el respeto a los DDHH y espíritu de colaboración, que viven en el alma de nuestros ciudadanos.
Estoy seguro que la inmensa mayoría de los chilenos aprendió de los errores del pasado y tienen un firme propósito de no repetirlos en el futuro, para así construir todos juntos esa patria buena, grande, justa y fraterna, con la cual siempre hemos soñado.
Sebastián Piñera E.
Presidente de la República
Descripcion